Alrededor de un millar de jóvenes se ha incorporado durante los últimos años a la actividad agropecuaria tras aprovechar las ayudas de la Conselleria de Agricultura, ha informado la Generalitat en un comunicado.

Estas subvenciones, que el Consell recuperó tras la supresión del anterior gobierno, se han sucedido desde 2016 y permiten la puesta en marcha de iniciativas empresariales en el ámbito rural, han informado las mismas fuentes.

En 2016 la Conselleria de Agricultura aprobó un total de 245 expedientes de primera instalación para jóvenes; en 2018 fueron 394 los planes presentados que contaron con el visto bueno de la Administración autonómica, mientras que en la convocatoria correspondiente al pasado año el número de beneficiarios rondará los 300.

La consellera de Agricultura, Mireia Mollà, ha afirmado que "los datos son prometedores, pero somos conscientes que de el relevo generacional es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos y, por eso mismo, tenemos que aspirar a incrementar considerablemente esas cifras".

Mollà ha agregado al respecto que "el respaldo a la incorporación de jóvenes es una línea estratégica fundamental y por eso vamos a redoblar la apuesta por la misma en los próximos años".

Duración de cuatro años

Hasta el momento, el importe global concedido asciende a 33,9 millones de euros, de los que ya se han abonado 15,8 a las personas beneficiarias que van alcanzando los objetivos incluidos en sus planes empresariales. Estos proyectos aprobados por la conselleria tienen una duración de hasta 4 años y garantizan la viabilidad de las nuevas explotaciones.

De esta forma, hay pagos programados hasta la finalización del actual periodo de vigencia en 2023.

El secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez Mulero, ha destacado el amplio reparto de los fondos de tal manera que "se ha logrado cubrir la demanda existente. Ninguno de los jóvenes que ha solicitado esta clase de subvenciones, y que cumplía los requisitos establecidos en la normativa, se ha quedado sin poder acceder a las ayudas".

Los proyectos aprobados corresponden principalmente a explotaciones de cultivos permanentes dedicadas a la producción de cítricos y otros frutales así como a explotaciones vitícolas que contribuyen de forma destacada a la absorción de CO2 atmosférico y, consecuentemente, a la lucha contra el cambio climático.

También es destacable el número de explotaciones mixtas que combinan la producción agraria y ganadera y que pueden disminuir las necesidades de insumos y la generación de residuos fuera de las explotaciones.

Un número significativo de estas solicitudes se concentra en algunas de las comarcas donde el problema del despoblamiento es más acuciante.

Zonas con más proyectos aprobados

Los datos sobre este aspecto son reveladores, ya que algunas de las zonas que cuentan con mayor cantidad de proyectos aprobados son: Utiel (87 planes de primera instalación), el Maestrat (42), Camp de Túria (41), Requena (37), Bajo Segura (34), Baix Maestrat-Sant Mateu (23), la Vall d´Albaida (20) o Els Ports (19).

Mollà considera que "si bien es importante y deseable la incorporación de jóvenes a la actividad agropecuaria en cualquier lugar de nuestro territorio, el hecho de que exista un especial interés, tal como reflejan los datos, en enclaves más castigados por el despoblamiento supone un valor añadido y demuestra la importancia que tiene este instrumento financiero para la sostenibilidad del territorio".