El superávit comercial valenciano se redujo entre enero y noviembre del año pasado en un 11,5 % y se quedó en 2.362 millones de euros después de que las exportaciones crecieran un 2,2 % (hasta 28.710 millones) y las importaciones, un 3,6 % (hasta 26.348). La autonomía quedó en el tercer lugar del escalafón, empatada con una cuota del 10,7 % del total con Madrid, y por detrás de Andalucía (10,8 %) y Cataluña (25,6 %).

Que el saldo siga en terreno positivo se debe de manera especial a la provincia de Castelló y su potente sector azulejero, donde el superávit es de 2.329 millones, ya que en Alicante se queda en 727 y en València se registra un déficit comercial de 694 millones. El acumulado se produce después de que en el mes de noviembre las ventas al exterior crecieran en un 1,5 % y las compras bajaran en un 6,2 %, lo que permitió un saldo comercial positivo de 564 millones, un 48,8 % más que en el mismo mes de 2018, según los datos hechos públicos ayer por el ministerio de Industria.

El automóvil, la alimentación y las semimanufacturas no químicas fueron los tres grandes grupos de productos exportados por la Comunitat Valenciana en los once primeros meses de 2019. Los dos primeros crecieron un 1,5 % y un 4,3 % en cada caso, mientras que el tercero bajó un 0,3 %