El Banco Santander obtuvo un beneficio neto de 6.515 millones de euros en 2019, el 17 % menos que un año antes, tras el ajuste realizado del fondo de comercio en Reino Unido, debido al Brexit, y a los costes de reestructuración llevados a cabo en varios mercados como España. Según explicó ayer la entidad, los cargos asumidos en el año, de 1.737 millones, se vieron compensados por unas plusvalías de 711 obtenidas en el último trimestre, principalmente por la operación realizada con el negocio de custodia (693 millones de plusvalía netas). Sin tener en cuenta las citadas plusvalías y saneamientos, el beneficio atribuido ordinario del Santander en 2019 fue de 8.252 millones de euros, un 2 % más.

La presidenta de Banco Santander, Ana Patricia Botín, pidió ayer a las autoridades regulatorias europeas que las normas del sector tengan mayor comparabilidad para poder sacar adelante fusiones paneuropeas, sobre todo en el aspecto del capital. En la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados del ejercicio 2019, Botín criticó que, si Santander quisiera fusionarse con otra entidad extranjera, su negocio requeriría hasta un 1% más de capital para poner en equivalencia. No obstante, remarcó que, incluso si la normativa cambia, no sabe si estarían interesados en llevar a cabo un proceso de fusión con una entidad extranjera.

Respecto a la posibilidad de realizar alguna operación de adquisición, la banquera dijo que actualmente no albergan intención de acometerla, pero que si se encuentran con una entidad que «cumple los criterios de inversión marcados, no lo descartaría».

Error con Popular

Por otro lado, Botín reconoció que cuando compraron Banco Popular «se equivocaron con el ciclo», ya que Santander no esperaba, «al igual que el resto» de entidades, que los tipos de interés iban a acabar en el -0,4%. No obstante, subrayó la «calidad del beneficio» que ofrecía la entidad.