Banco Sabadell acabó ayer con un desplome del 13,94% en Bolsa, la mayor caída de su historia desde el Brexit, en una jornada marcada por la presentación de los resultados correspondientes al ejercicio 2019. La entidad se hundió hasta los 0,814 euros, mínimos del pasado septiembre. Aunque el banco logró más que duplicar las ganancias de un año antes, hasta situarlas en 768 millones de euros por las menores provisiones y las plusvalías de la venta de Solvia, algunos aspectos como las pérdidas adicionales y no esperadas por la venta de carteras de activos tóxicos o la rebaja en los márgenes de la cuenta de resultados, no han contentado a los inversores.

Esta reacción negativa de la cotización responde no sólo a unos resultados «débiles», como apuntan los analistas de Renta 4, sino también a una peor evolución de los ingresos, a un ROE recurrente estable y a un aumento del coste de riesgo que supondrá mantener unas provisiones elevadas.

El analista de XTB Joaquín Robles también apuntó al Brexit. Banco Sabadell cuenta con una fuerte exposición al mercado británico a través de su filial TSB, donde en 2019 perdió 45 millones de euros, a pesar de que se estiman beneficios o una cuenta neutral. En la rueda de prensa posterior a la presentación de las cuentas, el consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, restó importancia al desplome en Bolsa, a la vez que reconoció que los analistas pueden haberse visto ciertamente sorprendidos por algunos ajustes no esperados.

Por su parte, el presidente de la entidad, Josep Oliu, aseguró estar comprometido con el consejo de la entidad, por lo que, cuando «llegue su día», dejará la presidencia en buenas manos.El banquero tiene ya 70 años y ocupa este cargo desde hace dos décadas. Oliu negó que la entidad vaya a participar en una operación de fusión «hoy por hoy», pero no descartó que otras entidades financieras puedan hacerlo este año.