La Fundación Bancaja, último residuo, junto al Monte de Piedad, de la que fue la tercera caja de ahorros de España, no gana para sustos. Inmersa en la macrocausa por la caída del Banco de Valencia, en la que la fiscalía le reclama responsabilidad civil en caso de condena, su patronato dista de ser una balsa de aceite. El pasado diciembre, en la última reunión que celebró, presentó su dimisión el vocal Vicent Palacios, toda una institución en la entidad. Palacios fue durante décadas el secretario general de Bancaja. Cuando la firma financiera desapareció tras su incorporación a BFA/Bankia y la nacionalización de estas últimas, solo quedó en pie su fundación, que heredó el patromonio cultural de la misma. Esta última se transformó en 2014 en una nueva entidad que es la que actualmente existe. Palacios formaba parte de su patronato desde el principio.

Su dimisión -por motivos personales, según fuentes oficiales de la Fundación- se consumó un mes después del cierre del proceso de renovación de cargos en el patronato, que permitió un nuevo mandato en la presidencia a Rafael Alcón, inicialmente elegido a propuesta del PP. Otras fuentes afirman que la marcha de Palacios, propuesto por el PSPV, se produce por su falta de sintonía con Alcón.