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Labora prepara ayudas a las empresas que reduzcan la semana laboral a 4 días

El antiguo Servef elevará al Botànic una estrategia para abrir el debate sobre la reducción de la jornada a 32 horas y otros cambios en el mercado laboral - Nomdedéu se ha apoyado en el 'think tank' británico Autonomy, que asesora al Partido Laborista

Labora prepara ayudas a las empresas que reduzcan la semana laboral a 4 días

Hace unos meses, en el tramo final de la primera legislatura del Botànic, el secretario autonómico de Empleo y responsable de Labora, Enric Nomdedéu, se atrevió a abrir un debate que para muchos fue una ocurrencia más de un político heterodoxo: una semana laboral de cuatro días. Apenas hay experiencias en España, pero el debate sobre la organización de la jornada laboral ha comenzado a calar en economías como la de Reino Unido. Carlos Slim, multimillonario empresario mexicano, lleva tiempo predicando en ese desierto.

Desde su incorporación al Servef, hoy Labora, Nomdedéu está prestando atención al futuro del empleo más allá de la robotización, montando jornadas de debate y estrechando lazos con quienes están 'pensando' nuevas formas de trabajar, como el think tanks británico Autonomy, que asesora al Partido laborista.

Labora, de la mano de esta consultora Autonomy, ha elaborado un informe en el que plantea, entre otras cosas, comenzar a implementar en la C. Valenciana la semana de cuatro días. La función pública sería el campo de pruebas, pero se diseñarían también líneas de subvención para incentivar este cambio al sector privado.

Labora quiere convertir este documento de 50 páginas (El futur del treball i les polítiques d'ocupació a la C. Valenciana. Bases i idees per a una Estratègia de Transició) en un borrador de estrategia, con medidas concretas, para que el Consell lo tome en consideración dentro de las líneas maestras del Botànic en materia económica.

Mientras tanto, Labora ya está trabajando en una línea de ayudas al sector privado para lanzarla en los próximos meses. Y es que una las propuestas más sugerentes, en efecto, aborda esta reducción de la semana laboral, una medida con ecos rooseveltianos: reducir el trabajo manteniendo el salario, con el objetivo de mejorar la productividad de las empresas, la calidad de vida de los empleados, y generar finalmente nuevos puestos de trabajo. Un círculo virtuoso.

Se trata de rebajar el tiempo de trabajo de 40 a 32 horas, lo que puede hacerse en cinco días con jornadas más cortas, o también en cuatro días, algo que en realidad es más provocador para abrir el debate.

La Función Pública, apunta el informe, sería el laboratorio de pruebas. «Una semana laboral más corta en el sector público aumentaría el bienestar del personal, la satisfacción en el trabajo y la productividad, al mismo tiempo que incentivaría a los demandantes de empleo a acceder a estos trabajos», apunta el documento.

Reorientar las ayudas a empresas

El objetivo es trasladar esta dinámica al sector privado. El informe postula a Labora (o cualquier otra pata de la administración) como entidad para promover que las empresas se acojan a estas prácticas, premiando a las que lo hagan.

¿Cómo? «Las subvenciones del Estado y la UE podrían utilizarse para ayudar a las empresas a aplicar la iniciativa de reducción del tiempo de trabajo», cita el informe. Se propone usar para este fin el dinero que el Consell ha puesto en los últimos años a disposición de las empresas para realizar contratos indefinidos, unas líneas presupuestarias de varios millones que han tenido poco éxito porque los empresarios no querían atarse con contratos indefinidos. De hecho, esas partidas se han reorientado a contratos temporales.

En este punto, el informe propone estructurar un nuevo programa de subvenciones directas orientadas a ayudar a las empresas «en su proceso de transición», cubriendo parcial o totalmente la diferencia del coste salarial por hora, con el objetivo de mantener el salario y el número de empleados.

Ejemplo práctico

«En este sentido, los subsidios podrían cubrir el 100% de la diferencia en el coste salarial por hora producto de la reducción durante el primer año, un 50% el segundo y un 25% el tercero. Por ejemplo, una empresa con 40 horas por semana puede tener un salario medio de 1.500 euros o 9,30 euros/hora. La transición a 32 horas manteniendo el salario supondría elevar el salario por hora a 11,71 euros. La diferencia sería 2,41 euros, y por tanto el Gobierno tendría que dar una subvención de 308,48 euros al mes», añade.

Y concluye: «Uno de los objetivos principales de este esquema de subvenciones es promover la contratación de trabajadores para compensar las horas de trabajo perdidas, de manera que se eleve la contratación».

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