La piscifactoría impulsada en Sagunt por el fallecido exministro Antoni Asunción ve con incertidumbre su continuidad después de que el temporal 'Gloria' haya arrasado sus 38 jaulas y los más de 9 millones de 'doradas' que criaba en ellas, según los cálculos iniciales que han hecho los trabajadores a preguntas de Levante-EMV. Estos abultados daños, que carecen de precedentes en la granja de Sagunt, han disparado el temor porque ésta no vuelva a reconstruirse y la ciudad pierda tanto los 30 empleos directos que genera, más otros tantos indirectos, como los que podría llegar a crear con la ampliación que tenía programada.

La Unión Comarcal de CC OO ha sido la primera en defender la continuidad de la firma y el alcalde, el socialista Darío Moreno, ya admitió en una reciente reunión con representantes de la plantilla que sus contactos con la empresa propietaria (la murciana Culmárex) no habían despejado el panorama pues, aunque él destacó las líneas de ayudas públicas y confirmó una buena predisposición a nivel nacional, también le dejaron claro que la decisión última está en manos de la multinacional dueña de Culmárex.

Precisamente esto último aumenta aún más la preocupación de los trabajadores por su futuro, mientras recogen las jaulas que el mar arrastró asta Cullera. «Nadie nos confirma que se vaya a reconstruir y, encima, saber que la decisión se tomará en Canadá, a miles de kilómetros distancia, no ayuda», admitía a este diario Germán Silvestre, delegado de Personal.

Pese a que el desasosiego aumenta conforme pasan los días, en la plantilla saben que hay aspectos que ayudan a albergar esperanzas. Fundamentalmente, 'los números' de la granja saguntina y la fortaleza de la multinacional a la que pertenecen.

De hecho, la planta llevaba años generando beneficios tras unos inicios complicados. Esa senda ascendente empezó después de la muerte de Asunción y de que en 2013 cambiara de manos. Entonces, por 8,2 millones de euros, pasó a Bersolaz, una filial de la empresa murciana Culmárex. De este modo, se integró en una firma que ahora domina el sector en España con 11 granjas en todo el país y, que desde 2011, está dentro de un gigante internacional, Cooke Aquaculture. A partir de ahí, tanto el número de jaulas en Sagunt como la plantilla local se redujo al 50% y empezaron a controlarse más algunos gastos, lo que acabó generando datos positivos y que en 2018 se solicitara permiso para ampliar la granja en 823.717 m².

Las recientes inversiones que ha hecho la multinacional a la que pertenece Culmárex también dejan espacio a la esperanza de que la granja de Sagunt pueda reconstruirse. Como apuntaba un trabajador, «hace dos años Cooke Aquaculture gastó 500 millones de dólares en comprar una empresa de Houston. Por dinero no será». Aunque al respaldo de CC OO se sumó de inmediato el del ayuntamiento, la plantilla también buscará estos días la implicación de la Generalitat, pues la inquietud por su futuro se mantendrá hasta verlo despejado.