«Es un reconocimiento a nuestra apuesta». Así, «satisfecho», se expresó ayer el portavoz de Industria del PP, el diputado por Ontinyent Felipe Carrasco, preguntado por el respaldo de PSPV y Compromís a que continúe Antonio Carbonell en la presidencia de Caixa Ontinyent. Tal como publicó el pasado sábado este diario, el máximo dirigente de la única caja de ahorros valenciana pactó hace tres años con el alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, y el vicepresidente de la caja, José Pla, que daría el relevo en la presidencia a este último en 2020. Ahora, sin embargo, está recibiendo presiones desde PSPV y Compromís para que continue, hasta el punto de haber enviado una nota a la plantilla afirmando que el cumplimiento del acuerdo no está garantizado. Los socialistas no quieren a Pla porque lo consideran un hombre de Rodríguez, que dejó el PSPV tras su imputación en el caso Alquería y creó una nueva formación -la Vall ens Uneix- con la que arrasó en la municipales del año pasado. Compromís, por su parte, también quiere la continuidad por solo tres años de Carbonell porque aspira a controlar la caja entre el proceso actual de renovación y el que se producirá en 2023. Carrasco afirmó ayer que no entra en las peleas entre el PSPV y Rodríguez, pero que Carbonell «ha de seguir. Fue nuestra apuesta por su rigor», añadió antes de negar que hace tres años el PP abandonara al todavía presidente de la caja y que si este continuó gracias al pacto con Rodríguez y Pla fue porque todos entendieron que la mejor forma de renovar en el cargo era, como sucedió, que fuera reelegido por la Fundació Universitaria de la Vall d'Albaida, que elige a dos vocales en la asamblea.
Ayer, Compromís denunció en una nota las maniobras de Rodríguez al presentar una candidatura alternativa por dicha fundación, para que entre como vocal Eduardo Úbeda, hermano del concejal de Promoción Económica de Ontinyent, Pablo Úbeda, frente a la presentada por la Mancomunitat de Municipis de la Vall junto a CC OO y UGT y apoyada por la Universitat de València. Fue el pasado jueves y, según Compromís, Rodríguez retrasó la votación «para ganar tiempo y seguir presionando».
