Banco Mediolanum cerró el ejercicio 2019 con un beneficio de 9,1 millones de euros, un 17,9% más que el año anterior, según un comunicado de la entidad con sede en València desde octubre de 2017, cuando la trasladó desde Barcelona por la deriva independentista. El consejero delegado de la entidad, Igor Garzesi, definió 2019 como un gran año para el banco, también por superar la cifra de 1.000 family bankers (asesores financieros de clientes a lo largo de su vida) y por seguir creciendo «tanto en patrimonio como en clientes y en ingresos».

El total de inversión crediticia aumentó un 24,4%, hasta los 582,4 millones, con un total de 171,2 millones de nueva concesión en el ejercicio; y el nivel de morosidad siguió bajando: a cierre del ejercicio era del 1,03%, «una de las tasas más bajas de la banca española».

En cuanto a la solvencia, el CET1 fue del 26,04% a 31 de diciembre, «más del doble de los niveles exigidos por los supervisores»; y en cuanto a liquidez, obtuvo un 756% de LCR ( Liquidity Coverage Ratio), frente al mínimo exigido del 100%.

Mediolanum aumentó los recursos totales de clientes un 21,98% respecto a 2018, hasta alcanzar los 5.965,6 millones de euros; y el número de clientes subió un 9%, hasta los 137.171. La red de family bankers aumentó un 3,3% (hasta 1.029), e Igor Garzesi aseguró que el banco está inmerso en una selección de profesionales para atender «la creciente demanda de asesoramiento financiero por parte de los ahorradores».