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El crédito concedido a los valencianos ha caído en 76.300 millones en una década

El descenso en un 41 % desde 2009 se explica sobre todo por la «brutal» cancelación de deuda por parte del sector privado

Publicidad de un préstamo hipotecario en un banco en el centro de València. miguel ángel montesinos

El proceso de desapalancamiento, es decir de cancelación de deuda, ha sido de tal magnitud entre empresas y particulares que en una década el volumen de créditos concedidos por la banca en la Comunitat Valenciana ha descendido en un 41 %. Muy cerca de la mitad. En concreto, 76.300 millones menos. Una enormidad. Ha pasado de 185.044 millones en el tercer trimestre de 2009 a 108.724 en el mismo período de 2019, según los últimos datos del Instituto Valenciano de Finanzas.

El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Joaquín Maudos, recuerda que la reducción del crédito en el conjunto de España se ha situado en dicho período en unos 660.000 millones, lo que implica que el proceso ha sido más acusado en la Comunitat Valenciana si tomamos como baremo ese 10 % que suele representar la autonomía en el conjunto de España. Durante los años de la bonanza, el sector privado recurrió en masa a la banca en busca de dinero, sobre todo para la compra de vivienda. Con la llegada de la crisis, las entidades financieras cerraron el grifo del dinero, endurecieron las condiciones y los clientes se embarcaron «en un brutal desapalancamiento» del que todavía no han salido.

Se ha devuelto buena parte del dinero que se pidió prestado, tanta que, pese a haber avanzado el país en la recuperación económica, los volúmenes de préstamos siguen en negativo. Así, la última vez en que los créditos registraron una evolución positiva fue en 2008, cuando crecieron un 5,61 % respecto al año precedente. En 2018, el descenso fue del 3,97 %, aunque en el tercer trimestre de 2019 la caída bajó al 2,81 %.

No obstante, Maudos precisó que la dinámica actual de reducción del endeudamiento del sector privado comporta un factor muy negativo y es que los ciudadanos no se animan a invertir más. Ahí se encuentra en parte la explicación al alza que están experimentando los depósitos.

Depósitos

Y es que estos últimos han experimentado desde 2009 un incremento del 5,9 %. O sea, 6.200 millones más, al pasar de 104.379 a 110.569 entre septiembre de 2009 y el mismo mes de 2019. La última vez que el dinero ingresado en la banca descendió fue en 2015, cuando lo hizo en un 0,51 %. En años sucesivos, los incrementos han sido del 4,55 % en 2016, del 9,07 en 2017 y del 0,65 % en 2018. Entre julio y septiembre de 2019, como en los dos trimestres anteriores, la subida estuvo por encima del 3 %.

El también catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València considera «normal» ese alza en los depósitos, precisamente por la reducción del endeudamiento, y cree que los datos serían aún más elevados si los tipos de interés no estuvieran, como es el caso, en el cero por ciento. Si el Banco Central Europeo los hubiera elevado ya, una parte del ahorro no habría acabado en fondos de inversión, como está sucediendo, para obtener la rentabilidad que en estos momentos ya no ofrecen los depósitos a plazo, que algunas entidades ya ni siquiera ofrecen como producto.

En relación con esto, Maudos expresó su preocupación por que muchos pequeños ahorradores de perfil conservador «se vean forzados» a invertir en productos de mayor riesgo y «acaben pillados». «No sé si esa gente es consciente de que puede perder dinero incluso con la renta fija», afirmó a este diario. Y es que ese tipo de inversión cotiza en Bolsa, al igual que sucede con los planes de pensiones, que «están teniendo unas rentabilidades muy bajas» pero que los bancos comercializan por su rendimiento como producto y en el que muchos ahorradores están poniendo su dinero.

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