Tras más de un año y medio sorteando los nubarrones por todos los problemas que acechan a la industria del automóvil (caída de la demanda europea, cambios en los gustos de los consumidores, presión política contra las motorizaciones clásicas o las dudas que transmitía la central de Ford respecto al futuro de la división europea), la plantilla de Almussafes recibió ayer el primer mazazo que los más pesimistas esperaban desde hace tiempo.

La dirección de Ford Almussafes anunció ayer a los sindicatos que la empresa, ante la caída de la demanda, ha tomado la decisión de prescindir de 400 empleos. Según explicó el responsable de Recursos Humanos, el lanzamiento del nuevo Kuga, que tiene previsto alcanzar su velocidad de crucero este mes, se ha realizado con éxito y las expectativas son buenas. Pero el comportamiento de tres de los cinco modelos que actualmente factura Almussafes ha llevado a la empresa a abordar esta medida tras un tiempo logrando evitarla.

En la factoría llueve sobre mojado. La plantilla lleva desde finales de 2018 encadenando cuatro expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en producción de vehículos. En motores, los vaivenes en la demanda vienen de más atrás aún. Algunos empleados han consumido más de 200 días de prestación por desempleo en este tiempo.

Hasta la fecha, dirección y sindicatos habían sorteado los valles en la producción con medidas temporales. En el último ERTE, por ejemplo, se logró evitar los despidos sacando a unos 300 trabajadores del turno de noche y reubicándolos en turnos de día, así como en trabajos de lanzamiento del nuevo Kuga.

Y antes que llegar a estas paradas de producción y ERE temporales, se habían tomado otras medidas para evitar el impacto, como la no renovación de contratos eventuales. Ahora, sin embargo, la nueva bajada de la demanda, unida al final del lanzamiento del nuevo modelo, ha hecho inevitable la pérdida de empleo. Es una de las consecuencias también del elevado grado de fijeza (99%) que en los últimos años ha podido disfrutar la plantilla.

Según trasladó ayer la empresa, el nuevo contexto del mercado obliga a rebajar otra vez la producción de vehículos diaria en otras cien unidades hasta los 1.640 coches. La bajada ya no es «coyuntural» sino «estructural».

En la base de esta situación aparece el retroceso generalizado del mercado para casi todos los fabricantes. En España las ventas han caído casi un 5% en 2019; Reino Unido encadena tres años a la baja y Alemana redujo su producción un 9% en 2019 para quedarse con las peores cifras desde 1997. 2020 arranca bajo el mismo síndrome en Europa.

En cuanto a la situación de Ford en particular, impacta el débil funcionamiento de algunos de los modelos que se fabrican en València. Se trata de la única planta con cinco vehículos, pero solo dos de ellos tiran de la factoría.

Almussafes llegó a rozar los 420.000 vehículos en 2017, pero ha cerrado este pasado año por debajo de los 350.000. El modelo SUV (Kuga) y la furgoneta comercial Transit son de largo los propulsores, con 270.500 entre los dos. Los otros tres vehículos, el Mondeo, S-Max y Galaxy, sin embargo, están estancados con 75.000 unidades entre los tres.

A corto plazo, además, se observa con cierto temor el escenario que puede dejar la merma de la furgoneta. A partir de 2021, Almussafes dejará de fabricar las unidades que ahora entrega para el mercado americano, cuya producción se traslada a México; y no está garantizado que ocurrirá con el resto de ese modelo. A esta incertidumbre se suma la pérdida a partir de 2022 de los dos motores que actualmente se fabrican aquí y cuya producción también se traslada paulatinamente a Norteamérica.

Son cambios que se asocian a la reestructuración de Ford en Europa, pero hasta ahora no habían impactado en el empleo. Carlos Faubel, presidente del Comité de Empresa y líder de UGT, achaca este ERE de extinción, más que a aquella reestructuración, a la búsqueda de optimizar recursos de la empresa por la caída de ventas, que tiene que ver con el cambio general en el sector y la movilidad.

A partir de la semana que viene empresa y sindicatos negociarán esta salida de 400 trabajadores. Todos los sindicatos aseguraron que no aceptarán medidas drásticas, y plantearán opciones como bajas voluntarias, prejubilaciones, etc.

Con este mazazo, Almussafes se suma ya definitivamente a la nómina de plantas europeas de Ford que han sufrido recortes el último año. Almussafes goza de una gran consideración en Colonia. Es la única factoría con cinco modelos y recientemente, el presidente de la división, Stuart Rowley, visitó Valencia para concretar nuevas inversiones en movilidad híbrida. Ford ha apostado por la electrificación de la planta, con nuevas versiones híbridas para el S-Max y Galaxy, que se suman al Mondeo y el Kuga.