La batalla política en el proceso de renovación de los órganos de gobierno de Caixa Ontinyent va camino de cerrarse con una victoria de todas las partes, si exceptuamos al actual vicepresidente, José Pla. El pasado martes se produjo la proclamación de los nuevos consejeros generales de la asamblea -se renovaban 30 de las 47 plazas- y, según fuentes de la propia caja consultadas por este diario, el presidente Antonio Carbonell tendría una mayoría suficiente para seguir en el cargo hasta que finalice su mandato dentro de tres años.
Carbonell y Pla pactaron hace tres años con el alcalde de Ontinyent, el entonces socialista Jorge Rodríguez, que tras esta renovación el primero dejaría la presidencia y le sustituiría el vicepresidente. Era lo previsto pero entremedias Rodríguez fue imputado en el caso Alquerías, abandonó la militancia en el PSPV y dejó a este partido sin representación en el consistorio de la capital de la Vall d'Albaida en las elecciones municipales de mayo de 2019.
Presiones
Como consecuencia de lo anterior pero por distintos motivos, los partidos del Botànic que gobiernan la Generalitat han tratado de influir en el proceso de renovación de la mayor caja de ahorros que queda en España. Los socialistas, para tratar de recuperar terreno, y Compromís, con el objetivo de lograr el control de la entidad en el siguiente proceso, el de 2023. Para ello, presionaron -el PSPV incluso desde el Instituto Valenciano de Finanzas- para que Carbonell incumpliera el pacto con Pla a pesar de que el presidente llegó a la caja de la mano del PP, porque el vicepresidente es considerado un hombre de Rodríguez.
La batalla fundamental, ganada por este último, se dio en la elección de vocales para la asamblea de la Fundación Universitaria Vall d'Albaida, controlada, sobre todo financieramente, por el ayuntamiento. Para el alcalde era esencial no ceder terreno a los socialistas en la fundación y, tras su victoria, según las citadas fuentes, no se ha inmiscuido en el proceso, fundamentalmente porque estaría cómodo tanto con Pla como con Carbonell, quien ya mostró su disposición a continuar arguyendo que así se evitaría que la caja tuviera en contra a la Generalitat.
Impositores
De hecho, en las elecciones por el grupo de impositores celebradas el lunes, de las ocho plazas que correspondían a la comarca seis se las llevó la candidatura conjunta de los sindicatos y las otras dos, a Compromís/PSPV. CC OO y los independientes se alzaron también con las cuatro vocalías del grupo de empleados.
La configuración de la asamblea tras el proceso implica, según las citadas fuentes, que Carbonell tiene apoyos para continuar, aunque no se confirmará hasta noviembre cuando el Banco de España dé su visto bueno a los cuatro vocales que la asamblea general de junio deberá elegir para renovar casi la mitad del consejo de administración, integrado por nueve vocales.
