Como en la mayoría de los sectores productivos, salvo los considerados estratégicos para mantener la sociedad en pie durante esta crisis sanitaria mundial, el automovilístico está sufriendo una parada total que va más allá de Ford, el gran motor de la industria en la Comunitat Valenciana.

Mientras la administración estudia el ERTE de 7.000 trabajadores presentado por la multinacional, en el parque de proveedores comienzan los movimientos en la misma línea. Lo confirman empresas como Autotrim (grupo Antolín), que tienen planta junto a Ford. Este grupo ha realizado ERTE en todas sus instalaciones en España. Otros proveedores, como Faurecia, también pararon hace más de una semana su producción. En realidad, desde la patronal que los agrupa asumen que habrá una cascada de expedientes, ya que muchos trabajan just in time para los fabricantes (no solo Ford), y estos han parado en todo el país.

Los despidos temporales van más allá de la fabricación de vehículos. Ha dejado de ensamblarse coches porque se han parado las cadenas globales de producción, pero también porque se han frenado todas las decisiones de compra. Se ha frenado, en realidad, la posibilidad de salir a la calle durante semanas. En el ámbito de los concesionarios, la patronal Faconauto cifraba ayer en 16.100 los despidos temporales que van a vivirse en los más de 250 puntos de venta de vehículos que hay en la C. Valenciana.

No va a ser la única derivada del cierre total que vive la sociedad estos días. Obviamente, la restricción a toda movilidad salvo la necesaria por motivos laborales deja también sin trabajo a las estaciones de inspección técnica de vehículos (ITV). Sobre todo después de que el ministerio aclarara que el estado de alarma suspende también el plazo de estas pruebas, con lo que el tiempo ha dejado de correr para aquellos que estén a punto de caducar la revisión.

Según apuntan fuentes de la patronal Aecova, varias de las empresas concesionarias que gestionan este servicio público ya han presentado un ERTE. Se asume que es el camino que seguirán las empresas titulares de los siete lotes, con una plantilla en total de unos 1.300 empleados.

Las consecuencias están llegando también a los talleres, según explica Luis Egea, responsable de industria automovilística en UGT-Fica en la autonomía. Ayer mismo, mientras atendía a este diario, revisaba varios ERTE de talleres y concesionarios. «El objetivo es que los trabajadores estén protegidos. Como sindicato estamos poniendo tres condiciones para llegar a un acuerdo: garantizar el 100% empleo tras el ERTE durante un año, porque vemos que hay empresas que pueden aprovechar la situación para despedir; complemento de salarios hasta el 85%, en línea con lo acordado en Ford; y el adelanto de la prestación por parte de la empresa, para evitar que los trabajadores estén uno o dos meses sin cobrar», apunta el sindicalista.