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AVA entra al choque con la fundación de las cajas por la rentabilidad del campo

La organización replica a un informe de Funcas que concluía que el sector "ha disfrutado" de una etapa "favorable" en la última década - La entidad valenciana asegura que los datos que utiliza el autor no se ajustan a la realidad

Un agricultor fumiga un campo en China. miguel ángel montesinos

Uso de «datos económicos absolutamente cuestionables» y pintar un retrato de la realidad agraria valenciana que «no se ajusta ni lo más mínimo a la situación ni actual ni de la última década». Así reaccionó ayer la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) al informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) publicado en este diario el pasado domingo en el que se concluía que el sector secundario español -no solo el valenciano- «ha disfrutado» una etapa «favorable» en los últimos diez años. El autor del documento, el profesor de la Universidad de Murcia José Colino, aseguraba en relación a las recientes protestas agrarias por la pérdida de rentabilidad, que, «salvo en actividades muy concretas, los fundamentos económicos» del malestar «no los hemos encontrado» y destacaba que, desde 2010, esta actividad ha elevado su productividad y su renta empresarial. En su opinión, los aranceles de Estados Unidos, la incertidumbre sobre la financiación de la PAC, el envejecimiento o la despoblación del medio rural «podrían explicar mejor el malestar».

¡Vade retro!, aseguraban en la organización presidida por Cristóbal Aguado. En un escrito dirigido a este diario, AVA afirma que el informe de Funcas «se sustenta en datos oficiales del gobierno de España o de Eurostat que hemos cuestionado durante años porque no se ajustaban a la realidad». En este sentido, precisa que el Ejecutivo central debería explicar cómo obtiene o calcula los precios y costes «cuando el Observatorio de Precios Agrarios del Ministerio de Agricultura dejó de funcionar en 2013. Por su parte, Eurostat toma como referencia los precios de los cítricos a su salida del almacén en lugar de los precios en el campo que percibe realmente el agricultor y que suelen ser la mitad o menos de los que figuran en Eurostat».

Precios

Lo cierto es que Funcas refleja que los precios cobrados por los agricultores «han tendido históricamente a crecer menos que los correspondientes a los de los bienes y servicios» y a los salarios agrarios. De hecho, constata que en 2019 sufrieron una caída del 4,9 %. Pero lo menciona para argumentar que una «fracción» de agricultores ha podido mantener su actividad por las subvenciones europeas y sobre todo por las ganancias de eficiencia. Esta última la explica por que la productividad agraria en España por hora trabajada es más elevada que en Alemania y Francia y equivale al 65 % de la media española. Y concluye que la renta empresarial del sector primario ha subido a una tasa media del 3,6 % entre 2010 y 2018.

Para AVA, las referencias a la eficiencia y la renta tienen «su explicación no en que se haya actuado directamente para mejorar la productividad, sino en el aumento del abandono de explotaciones, generalmente aquellas más pequeñas y menos eficientes, con lo que se mejora la productividad en términos estadísticos, no reales». Acto seguido, plantea «si es una buena solución permitir que desaparezcan las explotaciones más pequeñas e ineficientes» y se pregunta si «es una buena solución dejar morir a los enfermos sin más o mejor intentar curarlos».

Otra de las quejas de AVA es sobre los salarios. Afirma que no le parece «creíble la cifra de 5,95 euros por hora de trabajo» que menciona el informe, dado que el convenio de València eleva esa cantidad a 7,46 más 1,8 en cotizaciones. O sea, 9,33 euros. «Teniendo en cuenta que frutas y hortalizas requieren una gran cantidad de mano de obra, la rentabilidad se resiente en gran medida», concluye, antes de recordar que hay cultivos que no tienen derecho a las subvenciones de la PAC.

En cuanto a las razones de las quejas agrarias que expone el documento, AVA «razona que el despoblamiento, el envejecimiento y la falta de sustitución empresarial agraria no son causas del malestar sino consecuencias» y añade que el autor del informe «debería haberse preguntado por qué se despueblan zonas rurales, por qué cada vez la población activa agraria está más envejecida y por qué no hay relevo generacional, como también debería haberse preguntado por qué en España hay más de un millón de hectáreas de cultivo abandonadas, una cifra que sitúa a España líder de Europa. Son problemas de varias décadas, incluida la última, que revocan claramente las conclusiones del informe».

Para AVA, se trata de un problema de rentabilidad. La organización se pregunta si «hay intencionalidad por parte de Funcas» y ha publicado el documento en este momento «para disuadir a los gobernantes de que destinen más recursos al sector agrario». Finalmente, concluye que ha tenido que venir la pandemia del coronavirus «para dejar claro lo que es importante y lo que no lo es».

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