El pasado 15 de marzo, Almussafes se convertía en la primera planta de Ford en todo el mundo en detener la producción por el coronavirus. En el mejor de los casos, habrá pasado un mes y medio de parada si el próximo 27 de abril, tal como anunció la división europea, se retoma la actividad en la planta.

Antes de que todo estallara, los más de 7.000 empleados de Almussafes facturaban 1.650 vehículos al día en tres turnos y ultimaban el lanzamiento del nuevo Kuga, que se ha calificado de exitoso. No hace falta una bola de cristal para saber que si el cese de actividad fue abrupto, el regreso a la actividad hasta esa velocidad de crucero es un enigma, y se prevé largo.

«La situación es insólita y la vuelta a la normalidad va a ser complicadísima. Será paulatina y progresiva, no vamos a volver conforme nos fuimos», traslada a Levante-EMV Carlos Faubel, presidente del comité de empresa de Ford y máximo dirigente de UGT. Pese a que no hay actividad, estos días las reuniones se suceden en Almussafes.

Al igual que todos los fabricantes, Ford prepara el escenario de regreso y desde el comité de empresa se da por hecho que se va a tener que negociar un nuevo expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) parcial ante lo que se prevé como una incorporación progresiva a la actividad. Es decir, que la actual situación de ERTE ligada al estado de alarma puede prolongarse.

Evitar más de 410 despidos

Así lo traslada el propio Faubel en una carta a los trabajadores en la que avisa de que vienen momentos complicados desde el punto de vista laboral. Este escenario de ERTE prolongado se va a solapar con la negociación para un ERE de extinción de 410 empleos que el estallido de la crisis dejó en standby. El objetivo es que esa cifra no engorde. Y para ello se antojan necesarias medidas de apoyo al sector.

«Ahora, se están valorando las condiciones de regreso a fábrica para recuperar la actividad de manera segura. Una vez garantizadas las medidas de prevención, podrá ser una realizad comenzar progresivamente a incorporarnos desde el día 27 de abril. No va a ser nada sencillo, y va a requerir el esfuerzo y la responsabilidad de todos, pero en primer lugar el de la empresa. Habrá que poner en práctica protocolos novedosos -algunos ya van circulando por ahí, otros no-, que tendrán que ser iguales o muy similares, tanto en el sector del automóvil y proveedores, como en el conjunto de Ford Europa», señala Faubel en esta carta titulada «Una situación inimaginable».

Prolongar los ERE temporales no es algo descabellado sino que lo plantea todo el sector. Las peticiones al Estado que emanan de la patronal de fabricantes Anfac estos días hablan de medidas que aporten liquidez (al margen de los avales ICO) y faciliten mecanismos de ajuste temporal del empleo para evitar males mayores. Incluso se reclama prorrogar el ERTE por fuerza mayor más allá del estado de alarma, que termina el 26 de abril, para que no se tengan que reincorporar plantillas enteras afectando la tesorería de las empresas y poniendo empleos en riesgo.

Más liquidez y plan de choque

Y es que la cuestión estriba ahora en saber cómo de larga será la rampa de reactivación del mercado y, por tanto, de la producción, a la que va ligada el empleo. Marzo ha dejado un catastrófico hundimiento del 67% de las matriculaciones, y si hay una idea cierta en este escenario incierto, es que los problemas de empleo en casi todos los sectores van a condicionar la compra de vehículos. Anfac también pedirá un plan de choque para incentivar las compras y relanzar el mercado.

De vuelta a València, «además, no podemos perder de vista que el sector del automóvil está en plena transformación hacia la electrificación, Ford continúa con su propia reestructuración, y es muy probable que Motores, que fabrica más del 90% para el mercado americano, regrese más tarde», añade Faubel, dibujando una especie de tormenta perfecta.