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La Xylella puede causar pérdidas de 17.000 millones en España si se expande al olivar

Un estudio concluye que las consecuencias son peores con medidas de contención que con las de erradicación de árboles

Operarios de la conselleria de Agricultura trituran árboles en una finca afectada por la Xylella. david revenga

Los organismos microscópicos tienen un potencial destructivo sin parangón. Lo vemos ahora con el coronavirus, que se está llevando por delante a miles y miles de vidas en todo el mundo, y también con bacterias como la Xylella fastidiosa, auténtico terror de algunos de los árboles emblemáticos del Mediterráneo como el olivo y el almendro. La enfermedad ya ha dado muestras de su carácter extremadamente dañino pero las consecuencias a futuro pueden ser realmente onerosas, tanto que las pérdidas para España podrían alcanzar los 17.000 millones de euros.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Wageningen (Holanda), el Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ha desarrollado un modelo bioeconómico que permite cuantificar la repercusión económica de la expansión de la enfermedad. El informe, publicado en la revista PNAS ( Proceeding of the National Academy of Sciences of the United States), se centró en Italia, Grecia y España, que agrupan el 90 % de la superficie de olivo en Europa. Su principal conclusión es que, sin medidas de control, la propagación de la enfermedad tendría un coste superior a los 24.000 millones de euros en un horizonte de 50 años.

Las pérdidas se reparten de la siguiente manera: 5.200 millones para Italia, 2.000 para Grecia y 17.000 para España. La enfermedad está afectando de manera especial al país transalpino. En España, la situación está circunscrita, en el caso del olivar, a Baleares, aunque la Xylella ya ha atacado al almendro de la Comunitat Valenciana, lo que ha obligado a la conselleria de Agricultura a tomar medidas para erradicar esta plaga. Este departamento de la Generalitat ha optado por la erradicación de los árboles afectados, que es la medida más dura y ha tenido cierta contestación sobre todo en Alicante. Esta fórmula implica arrancar los árboles infectados y los que son sospechosos en un área de 100 metros a su alrededor.

Combate

El otro arma de combate es la contención, en la que solo se arrancan los árboles infectados, pero tiene un radio de inmovilización muy extenso, concretamente no se puede mover material vegetal en un área de 30 kilómetros.

Pues bien, el citado documento asegura, en este caso refiriéndose a Italia, que «la replantación con variedades resistentes disminuiría este impacto a los 1.600 millones [un tercio del máximo], mientras que reducir la velocidad de propagación de la enfermedad con medidas de control supondría un ahorro de 1.300 millones».

El informe recuerda que en la actualidad no existe ningún tratamiento terapéutico que permita curar las plantas en campo una vez infectadas por la bacteria, aunque añade que se están realizando investigaciones sobre el control de los insectos vectores «que permitirían gestionar la enfermedad de una forma más eficiente». No obstante, los autores del mismo consideran que «la replantación de las zonas afectadas con variedades resistentes», tal como se está haciendo en la Comunitat Valenciana, «parece la estrategia más prometedora a largo plazo». También destaca la importancia «de reducir la propagación de la enfermedad mediante medidas fitosanitarias», así como con la puesta en marcha de programas de adaptación y reconversión en las áreas afectadas.

Por último, el estudio deja constancia de que su materia de análisis es exclusivamente económica y, por tanto, «no tiene en consideración el valor cultural de los olivos europeos, muchos de los cuales tienen cientos de años y son un patrimonio paisajístico y cultural mundial».

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