Sin riñón suficiente para soportar el parón de la actividad y dedicadas a un negocio que necesita la movilidad de las personas, ahora inexistente, tanto como el aire. Este es perfil de la mayoría de las grandes empresas de la Comunitat Valenciana que han recurrido a los despidos temporales, ese escudo que la normativa pone a su disposición para reducir costes laborales en un lapso de poco más de un mes en que sus ingresos se han volatilizado.

De las cien mayores compañías con sede social en la Comunitat Valenciana por volumen de ventas solo seis han planteado a sus plantillas o a la Conselleria de Economía un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), casi todos por causa de fuerza mayor y vinculados a la duración del estado de alarma. Entre las cien compañías tomadas como muestra no aparece Ford España, que también ha presentado un expediente de despidos temporales pero que tiene su sede social en Madrid.

Las seis compañías son Air Nostrum, Plastic Omnium, Baleària, Autoliv, SRG Global y Verdifresh, según se desprende de la información proporcionada por las propias empresas o obtenida de fuentes sindicales consultadas por Levante-EMV. El confinamiento decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez y, también, por otros países de la Unión Europea, para combatir la pandemia les ha forzado a plantear a sus trabajadores suspensiones de contrato o reducciones de jornada.

El ERTE más doloroso es el de Air Nostrum, que ha suspendido todas sus operaciones y ha dejado de volar, en una decisión que implica a unos 1.400 trabajadores. La aerolínea, además, negocia un segundo expediente de plantilla ya no vinculado al estado de alarma, sino a causas productivas, ante las incerteza del mercado aéreo, como adelantó ayer Levante. También destaca el de Baleària, que afecta a unos 500 empleados.

En el extremo contrario a estas seis empresas, se encuentran las restantes 94, que, de momento, no han recurrido a la presentación de ERTE. Aunque casi todas sufren en sus cuentas de resultados, poseen el músculo necesario para aguantar un tiempo y, además, forman parte de sectores esenciales, por lo que han podido continuar produciendo y vendiendo.

Grupos de alimentación, sanidad, distribución farmacéutica y entidades financieras se incluyen en las 96 sociedades y en el último mes se han beneficiado del tirón de la demanda de sus productos. «Muchas de ellas, además, son filiales en España de grandes multinacionales, con un gran componente exportador, que les permite compensar las dificultades del mercado nacional», explica Salvador Navarro, presidente de la patronal valenciana CEV.

Los datos oficiales de la Conselleria de Economia confirman la información de Levante-EMV. El 99 % de los ERTE presentados ante la Dirección de Trabajo (61.721 expedientes con 367.867 trabajadores afectados) corresponde a empresas que tienen entre uno y cincuenta empleados.

Sin usar fondos públicos

Rafael Climent, conseller de Economia Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, está satisfecho con los pocos ERTE presentados por las mayores empresas de la Comunitat Valenciana y confia en que no se vean obligadas a cambiar en el futuro por el hecho de que la coyuntura empeore. «Tienen que ser las grandes las que aguanten y den soporte al sistema, al no consumir recursos públicos en sus ERTE [El Estado completa parte del sueldo de los empleados]. Necesitamos que las pymes y los autónomos puedan recurrir a esta herramienta y a estos fondos públicos para poder reactivarse y hacerlo rápido en cuanto la situación mejore», señala a este diario el conseller de Economia.