En las últimas semanas, hay un concepto que ha ganado una gran popularidad dentro de la sociedad: “actividad esencial”. Se trata de todo aquel servicio que se supone de vital importancia para el transcurso, más o menos, eficaz de las actividades económicas de un territorio. Sin embargo, existen otro tipo de actividades que van más allá de la catalogación de “esenciales”.

El Puerto de Valencia, debido a su volumen de trabajo y la gran cantidad de empresas a las que abastece, está considerado como una infraestructura crítica. “Su papel es todavía más relevante en estos momentos, con tal de minimizar los efectos de la crisis de la Covid-19 y evitar que España quede desabastecida”, asegura Federico Torres, director del Área de Medio Ambiente, Seguridad e Instalaciones del Puerto de Valencia.

Con tal de lograr el desarrollo normal y eficaz de la actividad portuaria en las terminales de Valencia, Sagunt y Gandía, Valenciaport cuenta con un total de 162 policías portuarios -entre los que se incluyen 15 mujeres- cuya labor se centra en controlar, vigilar y garantizar el cumplimiento de las normas en su ámbito de actividad, además de facilitar atención sanitaria si fuera preciso. “La policía portuaria es una herramienta al servicio de la ciudadanía”, agrega Federico Torres, quien destaca también la “dedicación y el compromiso” de los profesionales de Valenciaport: “Estamos operando casi igual que antes del Estado de Alarma”.

El puerto es una de las principales vías de entrada de los recursos que, ahora mismo, son fundamentales para contribuir a la economía. Tenemos que seguir contribuyendo para superar esta crisis”, resalta Juan José Pérez, policía portuario en el Puerto de Gandía. Debido a las medidas de seguridad implantadas en el nuevo plan de contingencia, se han reducido los turnos, aunque se ha dotado de una estructura mínima y básica que permite que el puerto mantenga su funcionamiento. La policía portuaria sigue trabajando en Valenciaport los 365 días del año, en tres turnos, durante las 24 horas del día. “Permanecemos #alpiedelcañón, permitiendo que los puertos de Valencia, Sagunt y Gandía funcionen con total normalidad. En estos momentos tan difíciles, el tráfico de mercancías por vía marítima está garantizado”, comenta Iñaki Gómez, policía portuario en el Puerto de Sagunt.

Vigilando los puertos desde hace 150 años

El origen de la policía portuaria se remonta a finales del siglo XIX (1875), cuando se les conocía como policía de los muelles, encargada de vigilar e inspeccionar todo lo que ocurría en ellos. Con el paso del tiempo, la profesión evolucionó y también su denominación (guardamuelle), hasta derivar en la figura que se conoce hoy en día. Se trata de un equipo especial administrativo y de seguridad -no armado- que depende de las autoridades portuarias que gestionan los puertos de España, bajo la coordinación de Puertos del Estado.

Sus funciones de control y vigilancia de la zona de servicio de la Autoridad Portuaria, así como de las operaciones marítimas y terrestres relacionadas con el tráfico portuario, están amparadas por la Ley de Puertos y se circunscriben al recinto portuario, tanto en las aguas como en la tierra. Además, cabe destacar que sus obligaciones abarcan un espectro más amplio y son más específicas que las de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con quienes guardan una “gran coordinación”, tal y como confiesa Federico Torres, aportándoles funciones logísticas y de información.

“El puerto de Valencia es una pieza fundamental para la economía española y mundial. Deseo la pronta recuperación de la gente hospitalizada. Mucho ánimo y coraje”, concluye Joaquín Abarca, en nombre de toda la policía portuaria en el Puerto de València.