El BBVA registró una pérdida de 1.792 millones de euros en el primer trimestre de 2020, tras destinar 2.082 millones para cubrir la pérdida de valor de su filial en EEUU, y otros 1.433 a provisiones por la Covid-19, dotaciones sin las que el beneficio trimestral habría sido de 292 millones. En una nota remitida al supervisor español del mercado, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco detalla que el beneficio recurrente (el derivado del puro negocio), se situó en 1.258 millones. Además, explicó que los 2.082 millones destinados al saneamiento de su filial en EEUU se deben a «la negativa evolución de los tipos de interés en ese país y las peores perspectivas económicas», y añadió que no afecta al patrimonio, al capital ni a la liquidez.

BBVA también comunicó su decisión de no repartir dividendo correspondiente al ejercicio 2020, de acuerdo con la recomendación del BCE, hasta que desaparezcan las incertidumbres generadas por la pandemia de la Covid y en ningún caso antes del cierre del ejercicio.

Por su parte, el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, espera que el banco registre beneficio en el conjunto del año, debido a la no recurrencia de los dos efectos que han motivado los números rojos del primer trimestre del año, según aseguró durante la presentación de los resultados. Torres puso en valor que, sin esos dos conceptos, el beneficio neto creció un 6,5% frente al mismo periodo del año pasado y más de un 8% respecto al trimestre precedente.

Teniendo en cuenta que el esfuerzo en provisiones en el futuro será «significativamente más bajo» por el ejercicio de anticipación en el primer trimestre, y que no habrá más deterioros del fondo de comercio, la evolución de los próximos trimestres «será positiva» y, en el conjunto del año, sí espera que BBVA tenga beneficio.

Por otro lado, Torres se refirió al plan de desescalada de BBVA. El retorno a las oficinas evolucionará en la medida en que vuelva la demanda de los servicios, aunque Torres destacó las altas capacidades del banco para trabajar en remoto, por lo que su regreso «no es tan prioritario». En este sentido, resaltó el «ejemplar» desempeño de la red durante las últimas semanas y puso en valor los esfuerzos en digitalización acometidos en los últimos años, que le ha permitido trabajar «muy bien» con la mitad de sus oficinas cerradas. En cualquier caso, la Covid-19 no ha alterado los planes de la entidad respecto a cierres de sucursales en España, que se mantienen sin cambios (contempla el cierre de 160 oficinas en 2020), ni tampoco se plantea realizar ningún ajuste de empleo.

Según el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, el banco mantiene sus planes a largo plazo en cuanto a cerrar oficinas y preservar el empleo, que supone «una de las mejores aportaciones» que BBVA puede hacer a la sociedad. «No tenemos previsto hacer ningún ERE, ningún ERTE, ni nada», aseguró Genç.

El presidente y el consejero delegado de BBVA sí reconocieron que la experiencia aprendida durante la pandemia permitirá al banco ser más flexible en cuanto al trabajo en remoto, teniendo en cuenta que, de sus 126.000 empleados, más de 90.000 están trabajando desde casa.

«El banco está operando perfectamente y eso es un gran hallazgo para el futuro. Evidentemente, usaremos más formas de trabajo en remoto en el futuro», explicó Genç, quien sin embargo no cree que la forma de trabajar en oficinas y despachos vaya a transformarse mucho, pues ya están viendo un deseo por parte de muchos empleados de volver a sus puestos de trabajo habituales. Torres apeló a la colaboración entre el Gobierno, el sector privado y la sociedad en general para poder acelerar el levantamiento de las restricciones por la pandemia.