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¿Cómo limitar el acceso a la playa? El reto de vivir un verano en plena pandemia

El Consell ultima con el Gobierno los protocolos de uso del mar a partir de junio y crea un comité científico con 15 expertos para revitalizar el turismo

Vigilancia con drones en una playa de Benidorm, en una imagen de 2018. david revenga

Falta poco más de un mes para que, si se cumplen los mejores escenarios, los valencianos puedan volver a hacer uso de sus playas con cierta normalidad. Y el objetivo ahora es conseguir que lo que es una escena cotidiana cada día de verano no se convierta en un problema de salud pública. Con 277 kilómetros de playa y calas, el reto es que la actividad sea segura, con la carga adecuada en cada playa.

Según anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, será en la fase 3, en la que se entrará el 8 de junio si no hay rebrotes, cuando se pueda utilizar de nuevo las playas. Con ese horizonte, el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), del Gobierno, trabaja con autonomías y agentes del sector para fijar un protocolo de uso. En realidad, hay diferentes grupos de trabajo para abordar la desescalada de los diferentes subsectores. Se prevé que la próxima semana está listo el marco general para el conjunto de España. «Serán muy genéricos y tendremos que adecuarlos a nuestras singularidades. No es lo mismo una playa del norte que una de aquí, ni por el tipo de turismo ni por la capacidad de carga», explican desde la agencia Turisme CV.

Ayer mismo, el jefe del Consell, Ximo Puig, se reunió con el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, el presidente de la FVMP, Rubén Alfaro, las conselleras de Interior, Gabriela Bravo, y de Sanidad, Ana Barceló, el de Movilidad, Arcadi España, o el director de Puertos, Emili Obiol, para abordar la propuesta de la Generalitat.

Está por perfilar el protocolo definitivo, pero se asume ya que se va a limitar el acceso a estos escenarios, que no se utilizarán mamparas, como se ha barajado en algunos ámbitos, y que se retirarán elementos de uso público como las papeleras. Las medidas para delimitar el acceso a las playas, la definición de los sistemas de limpieza, o el control de la capacidad de carga de estos lugares son las tres claves en las que se trabajan. La intención es también implicar al máximo a los alcaldes en esta tarea. Algunos municipios costeros ya se están equipando con drones de vigilancia. «Todavía estamos en la pandemia, pero queremos ir a la playa y a playas seguras», subrayó Ximo Puig.

En paralelo a esto, la Generalitat ha constituido también un comité técnico científico para coordinar y evaluar medidas para revitalizar el sector. Es un grupo de análisis con investigadores y expertos de distintos ámbitos para realizar informes, análisis de deficiencias y oportunidades, búsqueda de soluciones o aplicación de protocolos.

En una declaración de intenciones, Francesc Colomer ha puesto al frente de este grupo al director de Inteligencia Turística, Mario Villar, experto en el uso de herramientas de big data para el estudio y gestión de las ciudades turísticas. En este grupo, que se reúne hoy por primera vez, participan quince expertos del ámbito de la universidad, como Josep Ivars o Andrés Pedreño, de la Universidad de Alicante, o Enrique Bigné, de la UV; Leire Bilbao, de la fundación Visit Benidorm, o el consultor Alberto Galloso.

De momento, el escenario de verano que se está diseñando es para los locales, porque la llegada de los turistas flota sobre un mar de dudas. Con los cielos cerrados y las dudas sobre, primero, cuándo se podrá volver a volar, y, segundo, cómo se comportará el turista, muy pocos empresarios no se resignan a dar el verano por perdido.

De momento, en la C. Valenciana se prevé que pocos establecimientos hoteleros abran a partir del próximo lunes, 11, cuando se permite la reapertura con ciertos condicionantes. «En la C. Valenciana ya partimos con un 50% de mercado menos, por la pérdida del turismo internacional», apunta Nuria Montes, directora general de la patronal turística Hosbec.

Vuelta a los 50, Benidorm sin guiris

En cuanto al turismo nacional, no será al menos hasta julio, terminadas las tres fases de desescalada, cuando pueda haber movimientos fuera de la provincia de residencia. «Los precios bajarán de forma considerable», señala la dirigente. En el sector se prevé un verano de gran agresividad comercial, con los principales destinos compitiendo por un mercado exiguo. «Vamos a volver a los orígenes, al turismo sin extranjeros, antes de que explotara la aviación comercial», lamentan desde Hosbec. El problema es que ahora la oferta, y el empleo, están dimensionados para un mercado enorme, el de uno de los mayores receptores de turistas del mundo.

«Nadie abrirá el lunes. Serán cosas muy excepcionales, para dar servicio a la actividad económica de algunos polígonos, pero nada de turismo, de playa. Mayo va a ser un mes de espera para ver cómo evoluciona la alerta. Si en junio va bien, algunos empezarán sus campañas para el mercado nacional para julio y agosto», añade Nuria Montes. Un contexto por el que insisten en exigir que los ERTE para el sector se alarguen todo el año, más allá del estado de alarma.

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