Los clientes que se alojen a partir de ahora en los hoteles españoles se encontraran con una decoración más reducida, los menús de bufés ya emplatados, sin elementos de uso común en los restaurantes, como saleros; abundante señalización de distancia de seguridad, y con empleados con mascarillas y guantes.
Así consta en el borrador de reapertura para hoteles y apartamentos turísticos elaborado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), en vísperas de las aperturas, que serán mínimas, a partir del lunes. El protocolo hace especial hincapié en garantizar las distancias de seguridad, sin concretar porcentajes de aforo, y en extremar las medidas de higiene en todos los espacios, especialmente en aquellos de uso común, así como en las herramientas de trabajo que tengan que pasar de unas manos a otras (datáfonos, ordenadores, llaves).
El documento pone también énfasis en el incremento de las frecuencias de limpieza en las zonas con mayor contacto (superficies, pomos, lavabos, manivelas, ascensores, mostrador de recepción, puertas, tarjetas de habitaciones, mandos a distancia, botón de descarga del wc, control de climatización, secador, máquinas de gimnasios, barandas, carta de room service, minibar, perchas...)
Además de ventilar y airear las zonas de uso común, se establecerán las medidas necesarias para asegurar el distanciamiento entre clientes y empleados en recepción que deberá contar con gel hidroalcohólico y evitar compartir bolígrafos. Se fomenta el pago con tarjeta.
Se recomienda la colocación de alfombras desinfectantes a la entrada y disponer de termómetro sin contacto para comprobaciones oportunas de síntomas a empleados y clientes.
En las habitaciones se intentará reducir los textiles (incluidas alfombras), así como los objetos de decoración y las amenities, y la papelera debe tener tapa. Las perchas y el secador de pelo deben ser desinfectados a la salida de cada cliente y debe limitarse el servicio de plancha. El servicio de habitaciones no entrará a limpiar si el cliente está dentro.
