El presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro, urgió ayer al Ministerio de Sanidad y al Instituto de Calidad Turística (ICTE) a publicar el protocolo de seguridad para, en el momento que la desescalada del coronavirus lo permita, poder reabrir las playas valencianas. Tras varias reuniones en las que las comunidades y municipios costeros han hecho sus aportaciones, los ayuntamientos que tienen en el turismo su principal fuente de ingresos reclaman ya unos criterios para la apertura de las playas. Ante el retraso en el protocolo de seguridad del ministerio y la llegada del calor, algunas ciudades, como València ya están avanzando en un protocolo propio, como han hecho en otras comunidades como la andaluza.

El presidente de la FVMP recuerda que «la situación de las playas valencianas no es la misma que la de una playa del Cantábrico, aquí vivimos de esto», en alusión al turismo de sol y playa. El alcalde de Dénia, Vicente Grimalt, presidente además de la Comisión de Turismo de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, que lleva ya varias reuniones celebradas con los responsables autonómicos y del ICTE, apunta que antes de elaborar el protocolo se recabó el informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas sobre las posibilidades de transmisión del coronavirus en el agua y la arena (que descarta prácticamente el riesgo de contagio en estos medios). Ahora que ya está el informe, «no sabemos a qué espera el ministerio para publicar las directrices».

El Instituto de Calidad Turística admitió ayer lo complicado que está siendo unificar y consensuar criterios para la reapertura de las playas dada la cantidad de administraciones que se deben poner de acuerdo y la diversidad de las poblaciones costeras, si bien confían en que a final de semana se den a conocer ya los criterios y «recomendaciones» de seguridad e higiene para la reapertura de las playas. Unos criterios que no son de obligado cumplimiento y a los debe dar el visto bueno final el Ministerio de Sanidad.

Grimalt asegura que es complicado unificar criterios porque cada municipio tiene unas característias. En el caso de Dénia, con 20 kilómetros de playa, con viviendas que tienen salida al mar, «va a ser imposible limitar el aforo o parcelar la arena». Grimal apunta que en poblaciones como Calp, Xàbia incluso Benidorm es más fácil controlar el aforo porque hay menos kilómetros de playa pero aún así «va a ser muy complicado». Juega a favor del control, para el que incluso se están preparando drones por parte de la policía local, que la afluencia de turistas será mucho menor este verano por la crisis sanitaria.

Lo que sí saben los municipios costeros es que el coronavirus va a obligar a aplicar medidas que limitarán considerablemente el uso y disfrute de las playas. De entrada servicios como los de lavapiés y duchas, así como los aseos, se van a precintar para evitar contagios. Tampoco es probable que las concesiones de hamacas y sombrillas puedan funcionar si no garantizan una desinfección constante del mobiliario. Los chiriguitos de la arena también esperan a ver qué dice el protocolo del ministerio. Lo que es seguro, apuntan fuentes del ICTE, es que las medidas de distanciamiento y separación serán fundamentales.

Turismo, que ha participado en la elaboración del citado protocolo a través de varios grupos de trabajo, insiste en la urgencia de disponer de esta guía, a partir de cuyas recomendaciones «generales» elaborará su «guía propia y adaptada a las singularidades de cada destino», según explicaron ayer fuentes del departamento que dirige Francesc Colomer. La conselleria tiene previsto reunirse este jueves con los agentes del sector turísticos para analizar los protocolos y resolver dudas.