Los negocios del sector agroalimentario instalado en la Comunitat Valenciana (sobre todo el citrícola y el de otras frutas, así como las hortalizas) y del azulejo han salvado a la Comunitat Valenciana de la debacle en el balance del comercio exterior correspondiente al primer trimestre de 2020. A finales de marzo el impacto derivado de la pandemia del coronavirus ha sido letal para los intereses comerciales de la autonomía, si bien su repercusión ha sido menor que en el resto de España, según constata el informe de la dirección territorial de Comercio de la C. Valenciana.
En el mes de marzo, las exportaciones de mercancías de la Comunitat disminuyeron un 2,6 % en términos interanuales, alcanzando los 2.654,8 millones de euros. En comparación con febrero disminuyeron un 6,2 %. La caída del consumo por la covid-19 se hizo notar. Además, las importaciones de esta autonomía en marzo (2.088,8 millones de euros) decrecieron un 13% respecto a idéntico mes del año anterior y mermaron un 22,7% respecto a febrero. Todo un drama. También el conjunto de España, donde las exportaciones disminuyeron un 3 % en el primer trimestre, el mayor descenso de este periodo desde 2009, sigue en caída libre.
Gracias a las naranjas (+22%) y a los azulejos (+3,4%) el saldo comercial de la Comunitat Valenciana registró en marzo de 2020 un superávit de 566,1 millones de euros, un 75,2% superior al del mismo mes de 2019. Y la tasa de cobertura se situó en el 127,1%, 13,6 puntos porcentuales más que en marzo de 2019 (113,5%, datos provisionales).
Los datos , según la Cámara de Comercio de València, muestran que las exportaciones retrocedieron el citado el 2,6 % en marzo, lo que contrasta con la caída del 14,5% registrado en el conjunto de España. Por eso, la institución cameral presidida por José Vicente Morata, puestos a buscar aspectos positivos, destacó que la valenciana es la autonomía con una menor caída interanual de las exportaciones en marzo. Y eso ha permitido que vuelva a situarse como la segunda mayor región exportadora, adelantando a Andalucía y Madrid, tras Cataluña.
El menor retroceso de las exportaciones valencianas se debe a las ventas de productos agroalimentarios (que suponen la cuarta parte del total de exportaciones) y que aumentaron un 22%, así como por el tirón de las ventas de semimanufacturas en un 6,5% , especialmente papel y productos químicos (orgánicos, abonos o pigmentos).
Este aumento puede ser consecuencia de la mayor demanda generada por la falta de suministros de este tipo de productos procedentes de los países asiáticos, donde la pandemia y el cierre de fronteras se produjo en enero y febrero. Por el contrario, retroceden por encima del 20 % las de bienes de consumo (textil, calzado, juguetes, otros), así como de consumo duradero como muebles y electrónica. Sin levantar cabeza, Ford Almussafes y la industria auxiliar del automóvil, con el 18,7% de las exportaciones totales, cayeron un 23,8%.
Primer trimestre
Las exportaciones alcanzaron un valor de 7914,5 millones de euros, que supone un descenso del 0,9 % respecto al mismo período de 2019. Para la directora general de Internacionalización, María Dolores Parra, la C. Valenciana «ha resistido mejor el impacto de la pandemia provocada por la covid-19 en los intercambios internacionales a pesar de que en el primer cuatrimestre las exportaciones se van a ver ralentizadas». En marzo, las exportaciones castellonenses aumentaron el 5,2%, mientras que en Valencia y Alicante bajaron un 4,3% y un 7,6%, respectivamente.
