Unidad y consenso. Esto es lo que necesita la economía para combatir la recesión derivada de la respuesta al coronavirus. Cualquier elemento que distorsione la estabilidad y el diálogo social es rechazado de plano por los empresarios y también por la Generalitat. Así se volvió a poner ayer de manifiesto en las reacciones a uno de los movimientos políticos más sorprendentes de las últimas semanas, el pacto entre el Gobierno y Bildu para derogar la reforma laboral, anunciado el miércoles por la noche, horas después de que el Congreso de los Diputados sacara adelante la prórroga del estado de alarma, y rectificado después por el PSOE.

La reacción inmediata de la patronal española, la CEOE, dando por roto el diálogo social, y las disensiones sucesivas en el seno del Gobierno (entre Podemos y el ala más moderada representada en Nadia Calviño), inquietó sobremanera a Salvador Navarro (presidente de la CEV) y Vicente Boluda Fos (máximo responsable de AVE), pero también al jefe del Consell, Ximo Puig. Los tres trasladaron a la opinión pública un mensaje unánime: no es momento de conflicto.

Navarro dijo que la CEV comparte la opinión de CEOE y CEPYME y rechaza «de forma contundente» los intentos por «aprovechar el estado de alarma para derogar la reforma laboral». Para la patronal autonómica, y «pese a la rectificación posterior» por parte del PSOE, el acuerdo entre socialistas, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar de forma íntegra la reforma laboral «evidencia cuáles son las intenciones del Gobierno, que vuelve a obviar el diálogo social cuando más necesario es y desoye las recomendaciones de la Comisión Europea en sentido diametralmente opuesto».

Parece que «el Gobierno no se ha enterado de que la misma Europa a la que vamos a tener que recurrir para tener liquidez y encarar la recuperación pide protección para empresas y trabajadores, agradece el papel del sector privado y resalta la importancia del diálogo social», dijo Navarro.

Efecto devastador

Por su parte, la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) señaló que la derogación de la actual legislación laboral pretendida por Bildu «aumentaría el impacto devastador de la crisis sanitaria en nuestra economía y en el empleo», al tiempo que solicitó «reforzar» el papel del diálogo social «constitucionalmente reconocido a los agentes sociales».

«La crisis sanitaria, unida al confinamiento y a la paralización de una parte importante de nuestra economía, como consecuencia del estado de alarma, ha generado ya una crisis económica que está teniendo un impacto muy negativo en el empleo y en la producción y está haciendo que los niveles de deuda pública y déficit aumenten, con perspectivas muy negativas ya anunciadas por organismos como el FMI o el Banco de España (previsiones para finales de este año 2020 de desempleo del 20 %, caída del PIB del 15 %, deuda superior al 120 % y déficit del 9,5 %)», informa Efe.

«Ahora, más que nunca, es vital establecer mecanismos y medidas de política pública que faciliten y favorezcan la generación de empleo», dijo AVE.

Puig aseguró que la derogación de la reforma laboral estaba en el programa de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos y que es algo que pactaron «en su momento», al margen de Bildu. No obstante, reconoció que «lo único que pienso es que la nueva arquitectura laboral se tiene que hacer desde el acuerdo y en el marco del diálogo social».