En pleno fragor por la conveniencia o no de una derogación total de la reforma laboral, la recuperación del empleo tras la crisis sanitaria en España se evidencia como un nuevo problema a superar. Será más lenta de lo que se podía esperar. Los cambios económicos generados por la lucha contra la pandemia van a tener una consecuencia que puede ser irreversible en los sectores que más han sufrido la crisis y que tendrán que aplicar cambios para superarla.

Así, no es previsible que el nivel de empleo del 2019 se recupere antes del 2025, según las proyecciones del grupo Manpower, que en su estudio La crisis del empleo de la covid-19: balance del choque ocupacional marzo-abril 2020 y perspectiva, considera que el volumen de empleo perdido en el 2020 puede acabar siendo de 2,3 millones, con solo que el 25% de los ERTE que se han aplicado hasta ahora se acaben convirtiendo en expedientes definitivo de desocupación, en ERE.

Según el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Josep Oliver, que elabora el informe, España podría tardar casi una década en recuperar la pérdida ocupacional provocada por la covid-19, sumada a la que aún persiste de la crisis financiera, según se desprende de los datos de afiliación a la Seguridad Social coincidiendo con la emergencia sanitaria.

Los 883.000 afiliados perdidos (4,6%) entre el 28 de febrero y el 31 de abril equivalen a la pérdida registrada en los nueve primeros meses de la crisis financiera, desde septiembre del 2008 a marzo del 2009 o los dos primeros años de la de 1991-94. En una hipótesis de mejora de la actividad durante la segunda mitad del 2020, se habrán destruido 1,5 millones de empleos en el 2020.