La sostenibilidad, entendida como la promoción y protección del medio ambiente, es una inquietud pujante en el tejido social. Y es que, cada vez son más las personas y, por ende, entidades sociales y económicas, que integran prácticas sostenibles en su actividad diaria o metodología de trabajo con el único fin de preservar el medio natural.

En este sentido, la Autoridad Portuaria de València (APV) mantiene su apuesta por la ejecución respetuosa de su actividad logística a través de sus diversas medidas de seguridad multidisciplinar, estructuradas en ocho campos de actuación diferenciados. Así, las políticas safety de Valenciaport engloban ámbitos como la seguridad industrial y laboral, las mercancías peligrosas, la protección de las instalaciones, la Policía Portuaria, la seguridad marítima, la ciberseguridad y la seguridad ambiental. Es esta última la que ha fijado un ambicioso objetivo para la dársena valenciana: convertirse en un puerto autosuficiente y de cero emisiones en el año 2030.

En este sentido, la sostenibilidad, extrapolada al sector marítimo, hace alusión a la calidad del agua y del aire, así como a los residuos, la generación de recursos, la gestión energética o la valorización de productos, entre otros aspectos. Pero, ¿cómo responde el Puerto de València a estos desafíos emergentes?

Valenciaport desarrolla, desde hace más de una década, planes de actuación que inciden en cada uno de los campos anteriormente mencionados. De hecho, actualmente la Autoridad Portuaria de Valencia, Baleària y varios proveedores de tecnología, liderados por la Fundación Valenciaport, se encuentran inmersos en la elaboración del proyecto GREEN C PORTS (co-financiado por el programa Connecting Europe Facility de la Unión Europea) cuya finalidad es la medición, predicción y definición de medidas para la mejora de la calidad del aire y del ruido generado en el puerto de Valencia. Para ello, se están instalando innovadores equipos de medición, se realizarán campañas de medición de emisiones y ruido en la dársena y a lo largo de varias cadenas logísticas puerta a puerta, y se estimarán modelos predictivos para anticipar con al menos 48 horas de antelación posibles picos de emisiones y ruido y poder actuar al respecto.

Respecto a la calidad del agua, también del agua de lastre, se han realizado analíticas para comprobar su estado en el Puerto de València.

Energías renovables: el futuro de Valenciaport

El visto bueno de la Conselleria de Territorio y Medio Ambiente, así como de la de Economía, a la construcción de la subestación eléctrica del Puerto de València no solo pone fin a más de dos años de bloqueos burocráticos, sino que materializa la gran apuesta del recinto del Grao por las energías renovables.

Según reconocen desde la APV, "estamos haciendo mucho énfasis en el uso de energías renovables, lo que va a suponer una significativa reducción de la huella de carbono y un gran salto cualitativo". Es decir, la eficiencia de la gestión energética en el desarrollo de una actividad, carga y descarga, principalmente, en el supuesto de Valenciaport.

Una tendencia constatable, pues desde que se iniciasen los proyectos de sostenibilidad energética en la dársena valenciana en el año 2008, la huella de carbono se ha reducido más de un 17 %, pese al aumento de casi 25 puntos porcentuales del tráfico marítimo. Un dato que consolida a Valenciaport como un puerto altamente eficiente y demuestra la proactividad de la entidad. Además, los sistemas de medición empleados poseen la certificación ISO 14000 e ISO 16000.

Así, actualmente el 40 % de la flota de vehículos de la autoridad portuaria ya es híbrida o eléctrica, del mismo modo que determinados buques, como los remolcadores de menor envergadura, utilizan motores eléctricos. Y es que, entre las acciones emprendidas por la entidad presidida por Aurelio Martínez se encuentra la incorporación de maquinaria eficiente que sustituya el combustible fósil por la electricidad, el Gas Natural Licuado. En este sentido, las terminales de MSCTV y Valencia Terminal Europa, junto con Enagás y la Autoridad Portuaria de Valencia, liderados por la Fundación Valenciaport, están colaborando en el proyecto H2Ports, co-financiado por la FCH JU de la Comisión Europea, en el que se probará el uso del hidrógeno en operaciones reales en dos tipos de maquinaria portuaria: un tractor de terminal y un reach stacker. Así mismo, se contará con una estación de suministro móvil de hidrógeno en las instalaciones del recinto del Grao.

Esta infraestructura de hidrógeno complementaria a la subestación eléctrica anteriormente citada. Se trata de un proyecto de uso de tecnologías alternativas, entre las que destaca la energía fotovoltaica. De hecho, ya se trabaja en tres proyectos específicos en periodo de licitación: la instalación de dos paneles fotovoltaicos en el Puerto de València y un tercero en el Puerto de Gandia.

Y es que, el futuro energético de la APV también aspira a contar con una estación fotovoltaica en el silo de Grimaldi, cuya previsión es que genere el 10 % de la energía que consume el Puerto de València. Pero, ¿dónde se usa toda esa energía?

Como explican desde la Autoridad Portuaria, las fuentes fundamentales de uso de energía son buques, transporte terrestre, maquinaria de terminales y servicios náuticos que dan apoyo a las embarcaciones. El centro de conocimiento del clúster, la Fundación Valenciaport, colabora con compañías marítimas líderes en innovación como Balèaria en proyectos de uso de GNL en buques, así como con múltiples empresas de transporte por carretera para fomentar la re-motorización de la flota de camiones que opera en el puerto de Valencia, con terminales y empresas de servicios náuticos en proyectos de innovación de electrificación y combustibles alternativos como GNL e hidrógeno. Todas estas iniciativas, junto con las cuantiosas inversiones de la Autoridad Portuaria de Valencia en materia de energías renovables y sostenibilidad en general, contribuirán decididamente a avanzar hacia el objetivo de ser un puerto cero emisiones netas en 2030.

Unas políticas sostenibles que dan cumplida respuesta al fuerte compromiso de la APV con la sociedad valenciana y, por ende, a la española de ser útil a la economía, al ser puerto esencial para la entrada y salida de mercancías y estar alineado con los mayores retos y exigencias de sostenibilidad de ámbito internacional.