Los voluntarios que han solicitado apuntarse al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en la planta de Ford Almussafes superan con creces la demanda: un total de 440 empleados han pedido estar entre los 350 que dejarán de trabajar en la fábrica definitivamente. Estas cifras hacen prever que no habrá «salidas traumáticas» en la fábrica que era el «objetivo» del comité de empresa, según apuntó ayer su presidente y portavoz de UGT en la factoría, Carlos Faubel.

El 50% de los trabajadores afectados por el ERE saldrá de la planta valenciana a principios del mes de julio y el otro 50% en octubre, según el dirigente sindical. La empresa planteó este ERE ya antes de la crisis generada por la Covid-19, ante la necesidad de bajar la producción en unos cien vehículos diarios por un «continuo descenso de ventas». La pandemia obligó a paralizar las negociaciones durante las primeras semanas de confinamiento pero finalmente se retomaron y se alcanzó un acuerdo el pasado 28 de mayo, con el respaldo de UGT y CC.OO.

La crisis llevó a la marca del óvalo a realizar un ERTE escalonado «por causas productivas y organizativas» para 2.700 trabajadores en mayo, 1.500 en junio y cerca de 1.100 en julio, aunque la mayoría ya se han recuperado,según Faubel. No obstante, la crisis generada por la Covid-19 ha hecho que algunas redes de proveedores «se resientan» y la falta de suministros de algunas piezas ha hecho que Ford paralice su producción dos días en junio.