Cada día parece más evidente que, si en algún momento el proyecto de megacentro comercial Puerto Mediterráneo obtiene permiso de la Generalitat o los tribunales para convertirse en realidad, difícilmente lo hará con el impulso del operador británico Intu. Esta empresa, responsable de multitud de centros comerciales en Reino Unido, atraviesa desde hace tiempo graves problemas financieros: arrastrada por la competencia del comercio on line, la crisis del retail en su país, y ahora una pandemia que ha cerrado locales y cortado los ingresos hasta dejarla en una situación cercana a la quiebra.

Intu, asociado con el grupo español Eurofund, lleva un tiempo de retirada en España, vendiendo las joyas de su catálogo para reducir los números rojos. El último movimiento, sin embargo, es quizá el más sintomático desde la perspectiva de futuro del proyecto valenciano. Al igual que en Paterna, en el centro comercial Intu Costa del Sol (Torremolinos), Intu va de la mano de Eurofund, un grupo español también operador de centros comerciales, entre ellos Alzamora, en Alcoi.

El pasado jueves, el grupo español anunció públicamente que ha presentado una oferta a su socio británico para quedarse con su parte del proyecto malagueño. No ha trascendido mucho más, salvo que los inversores tienen grandes esperanzas de que se llegue a un acuerdo dada la vinculación que les une desde hace tiempo, ya que Eurofund ha hecho de socio de desarrollo de los británicos en España.

A diferencia del proyecto de Paterna, que todavía no goza de ninguna licencia pese a llevar prácticamente una década en trámites (y litigios) con la administración autonómica, en Torremolinos no solo cuenta con los permisos sino ya está en una fase de inicio de las obras. Es decir, que ha llegado el momento de inyectar fondos en un megaproyecto valorado en 850 millones de inversión.

Algo que Intu no parece en condiciones de acometer. El grupo británico, que lleva cuatro años en caída libre en la bolsa de Londres y que solo en 2019 vio como su cartera de activos se devaluaba un 22%, anunció hace aproximadamente un mes que estaba en riesgo de incumplir con sus acreedores, con los que iba a negociar una paralización de sus pagos. Recientemente fracasó en un intento de ampliación de capital para salvar la situación.

Ventas multimillonarias

Fruto de este contexto, Intu ha vendido varios de sus centros comerciales en España. En 2019 se deshizo de su proyecto estrella, Puerto Venecia (Zaragoza), del que tenía el 50%. También este año se ha desprendido de Intu Asturias, que compartía al 50% con el fondo de pensiones canadiense. De momento, conserva la titularidad del 50% de Xanadú, uno de los mayores centros comerciales en España ubicado en Madrid.

En todo este tiempo de incertidumbre, la parte española de la joint venture, Eurofund, siempre ha mantenido que el interés en el proyecto de Paterna sigue intacto, y no se esconde que llevan tiempo sondeando el mercado en busca de socios potenciales que sustituyan a Intu. A tenor de las cifras récord en las últimas operaciones en España, el de los centros comerciales sigue siendo un mercado de interés para los fondos.

Otra cosa es cuándo pueda empezar el proyecto de Paterna. En estos momentos, la pelota está en el tejado del Tribunal Supremo. Cabe recordar que hace unos meses el TSJ anuló la decisión de la Generalitat que tumbó el proyecto en 2016, y la obligaba a darle autorización. La administración autonómica decidió recurrir. Se espera que a finales de este año haya una decisión sobre la legalidad o no del proyecto.