El impacto de la pandemia afectará con toda probabilidad en términos de empleo y facturación al sector textil, al igual que el resto de industrias, pero la vuelta a la normalidad, en algunos casos, está siendo muy esperanzadora. Según explica Càndid Penalba, presidente de la patronal Ateval y dueño de la empresa Cotoblau, entre los encargos de producto sanitario y la vuelta a la actividad ya ha podido rescatar a toda su plantilla del ERTE. No solo eso. En realidad, ha convertido contratos temporales en fijos, y ha contratado a aproximadamente una veintena de personas para hacer frente al repunte de la actividad.
Cotoblau, cabe destacar, tiene una parte importante de su actividad ligada al gigante sueco Ikea. Además, la naturaleza de la crisis sanitaria ha hecho que el producto con el que ellos trabajan (la ropa de cama, fundas de colchón, etc), haya tenido una «demanda brutal» en las últimas semanas, según sus propias palabras. Además, se han realizado innovaciones, como bajeras de cama impermeables antibacterianas que han tenido una gran demanda en India, apunta Penalba como ejemplo.
Lo cierto es que esta crisis inesperada ha supuesto una oportunidad para muchas empresas para diversificar. La asociación Ateval ha puesto en marcha una web que funciona como un directorio digital en la que el cliente puede conocer qué empresas fabrican qué producto sanitario. «Casi 130 empresas se han apuntado», señala el dirigente. Ha habido demandas de información y producto de mercados tan lejanos como Colombia, además de Europa.
La experiencia del sector textil en esta crisis, donde ha sido ejemplo de adaptación y reinvención, está generando mucho interés. Esta tarde la Cátedra de la Economía del Bien Común de la Universitat de València (UV) ha organizado una conferencia digital que impartirá el propio Penalba, que también preside el Consejo Intertextil Español, para explicar los desafíos y oportunidades que deja esta pandemia.
