El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha fracasado en su intento de cerrar un acuerdo sobre el nuevo fondo de recuperación de 750.000 millones y el presupuesto de un billón para el período 2021-2027 que negocian desde el viernes los jefes de estado y de gobiernos de la Unión Europea. Pese a las nuevas cesiones a los países 'frugales', con un recorte de las transferencias a fondo perdido, más control sobre los subsidios y descuentos más generosos para los países ricos, la nueva oferta no ha servido para desbloquear un acuerdo. Pasadas las once de la noche, el belga anunciaba la suspensión de la cumbre. Los Veintisiete volverán a hacer un nuevo intento este domingo a partir del mediodía.

"Estamos en una fase de estancamiento. Está siendo muy complicado. Más complicado de lo inicialmente previsto. Hay todavía muchas cuestiones sobre las que estamos discutiendo y no logramos llegar a un acuerdo", admitía a media tarde el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que al igual que el resto de dirigentes europeos ha multiplicado sus bilaterales y consultas para intentar acercar una negociación que probablemente continuará este domingo. Según ha explicado Conte, los obstáculos siguen siendo los mismos: el tamaño del fondo de recuperación, el equilibrio entre subsidios y préstamos y las condiciones a cambio de las ayudas.

"Estamos chocando duramente con Holanda y con otros países considerados 'frugales' que no comparten la necesidad de una respuesta consistente, sobre todo, en relación a los subsidios e incluso discuten los préstamos", ha explicado en un video urgiendo a los llamados 'frugales' a comprender que un fondo de recuperación robusto y sólido no solo beneficia a Italia, España o ItaliaEspaña Portugal miembros en una economía integrada como es la europea. "Las negociaciones van en la buena dirección" pero "todavía queda mucho por discutir", ha resumido también su colega, el canciller austríaco, Sebastian Kurz, que junto al resto de socios del norte ha exigido un recorte todavía radical de subsidios y un aumento de las compensaciones a los países contribuyentes.

Oferta de Michel

Para tratar de mantener a bordo a los países del sur, la oferta lanzada por Michel mantiene intacto el volumen del fondo de recuperación en 750.000 millones pero modifica el equilibrio entre ayudas y préstamos con una rebaja del montante de las subvenciones a fondo perdido, tal y como piden los 'frugales'. Para ello, propone un recorte de las transferencias de 50.000 millones, de 500.000 a 450.000 millones, y un aumento de la parte de los préstamos hasta los 300.000 millones. Un balance insuficiente para Kurz y el resto de 'frugales' que han exigido un tijeretazo mucho radical de 150.000 millones.

Además, para esquivar las resistencias de Holanda en materia de gobernanza, el único país que exige la unanimidad a la hora de autorizar los desembolsos de las ayudas, el plan incluye un mecanismo reforzado de control, una especie de "freno de emergencia" que permitiría a un Estado miembro paralizar los pagos (veto) si considera que un país no ha cumplido con las reformas prometidas. El Consejo seguiría siendo el órgano responsable de aprobar los planes por mayoría cualificada, de acuerdo con las recomendaciones del semestre europeo y a propuesta de la Comisión, pero el desembolso de las ayudas estaría condicionado a una evaluación positiva de las reformas y al cumplimiento de los objetivos de forma que si "uno o más Estados miembros" tienen dudas podrían, en un plazo de tres días desde la aprobación del pago por la Comisión Europea bloquear el desembolso y plantear el asunto al Ecofin o incluso al Consejo Europeo.

Paquete equilibrado

Según fuentes de Moncloa, este sistema no implica que la decisión tenga que ser por unanimidad a lo que siguen oponiéndose "frontalmente". España considera, en todo caso, positivo el mantenimiento del volumen global del fondo y el refuerzo de la facilidad de recuperación y es optimista ante la posibilidad de cerrar este fin de semana un acuerdo, aunque admite que los obstáculos siguen siendo los mismos y que lo importante es obtener un paquete global positivo.

Un objetivo compartido por otras delegaciones. "Al final esto es un paquete y hay muchas otras cuestiones que resolver pero las propuesta sobre gobernanza, tal y como ha presentado Michel, son un paso serio en la dirección correcta", han valorado fuentes diplomáticas holandesas sobre el nuevo mecanismo diseñado para contentar a La Haya, que no se fia de que el sur aplique las reformas exigidas ni de que la Comisión vele con rigor por su cumplimiento.

El plan, según fuentes del entorno de Michel, ha recibido "mucho apoyo" durante la sesión plenaria entre los Veintisiete celebrada este sábado a la que ha seguido una larga jornada de consultas hasta la cena. "Todavía no estamos ahí pero todo el mundo está de acuerdo en que es un paso adelante que ayuda y un mejor equilibrio", han señalado las mismas fuentes. Aún así, las reuniones bilaterales entre Michel y los diferentes dirigentes europeos se han sucedido durante toda la tarde sin constatarse progresos sustanciales. "Seguimos buscando puntos de unión para avanzar en el paquete financiero que permita la recuperación tras la pandemia", ha escrito el presidente del Gobierno español. Las negociaciones, según ha anunciado el portavoz de Michel tras la cena, continuarán el domingo a partir del mediodía.

Cheques más generosos

El compromiso incluye también un incremento en los cheques de compensación a algunos de los países que más contribuyen al presupuesto europeo y menos reciben, al elevar el montante de los 45.350 millones previstos en la propuesta de compromiso inicial a los 46.053 millones para los próximos siete años. Concretamente, el plan incluye 50 millones más para Austria (287 millones) y 25 millones respectivamente para Suecia (823 millones) y Dinamarca (222 millones) mientras que se mantienen los cheques de Alemania (3.671 millones) y Holanda (1.576 millones). Una cifra "insuficiente" todavía para los 'frugales' y un elemento distorsionador para la mayoría de los líderes europeos, como el español Pedro Sánchez, que consideran estos descuentos "regresivos" e "injustos.