El director general adjunto de Transformación y Estrategia Digital de Bankia, Carlos Torres, reconoció ayer que la tecnología no produce grandes ventajas en costes, pero sí que permite ser más eficientes, evitando incrementos, y situarse a niveles comparables con las entidades que han surgido en los últimos años. Así lo puso de manifiesto Torres en una rueda de prensa telemática para explicar la estrategia digital que la entidad adoptó en el momento del estallido de la crisis del coronavirus.

En este sentido, admitió que la validación de documentos por medio de la inteligencia artificial, por ejemplo, cuenta con un periodo medio de recuperación de la inversión de cinco a seis años. En cualquier caso, si bien no produce grandes ventajas en términos de costes, «no se sabe qué habría pasado si la relación con los clientes no se hubiera hecho con tecnología. Probablemente los costes se hubieran disparado», añadió.

La tecnología sería así un 'driver' que ayuda a la eficiencia de la banca, por lo que en Bankia están trabajando en ella y, sobre todo, en realizar un análisis cuantitativo de la misma, viendo tasas de retorno y planteando cómo seguir avanzando. En esta línea, Torres reclamó la creación de métricas comparables para el sector. Por otro lado, aunque la entidad financiera está comprometida con la tecnología como propuesta de valor «potente», los empleados son «su principal activo». Así, Torres restó importancia al número de sucursales que se mantengan abiertas y ha centrado la atención en las personas.

«Da igual si las oficinas son 2.000 o 1.600, tendremos un número muy grande de gestores en los formatos más adecuados para los clientes: oficinas con especialistas en seguros, fondos de inversión, financiación a pymes o autónomos, etc, y no oficinas con tres personas». Este directivo también aseguró que Bankia no concibe un banco sin sucursales ni personas.