La venta esta semana del desarrollador de software de gestión de impuestos GTT al fondo británico AnaCap ha supuesto el pistoletazo de salida para la recuperación del mercado de fusiones y adquisiciones empresariales, tras la parálisis provocada por la covid-19. A pesar de los estragos de la pandemia, lo cierto es que, una vez atendidas las necesidades de sus participadas, los grandes fondos y «family office» siguen disponiendo de una gran liquidez que necesitan invertir, y los bajos tipos de interés y la situación de los mercados financieros no les dejan muchas alternativas.

El resultado es que los gestores de estos fondos vuelven a peinar el horizonte en busca de oportunidades para su dinero, lo que augura que en los próximos meses se registrarán más operaciones, según los expertos consultados, que, eso sí, advierten de que, junto a los inversores estables, también llegarán de nuevo los fondos oportunistas. Los mismos que tras el estallido de la burbuja inmobiliaria se hicieron con grandes carteras de activos a precio de derribo hace una década y que ahora esperan encontrar gangas en los sectores más afectados por la pandemia, como el comercio o el turismo, según explica, por ejemplo, Neil Collen, el socio responsable en la Comunitat Valenciana de Livingstone Partners, especializada en el asesoramiento en operaciones empresariales.

En cualquier caso, son sólo una parte más de un negocio que no ha dejado de crecer en los últimos años, en los que en cada ejercicio se ha batido el récord de inversión del anterior. Sólo en 2019 se canalizaron más de 8.526 millones de euros en 760 operaciones realizadas en España, de los que 784 millones se inyectaron en 53 firmas de la Comunitat Valenciana, según los datos de ASCRI, la asociación del capital privado. La cartera total de participaciones asciende a 28.866 millones en el conjunto del Estado, y a 1.951 millones, en el caso de la autonomía, donde los fondos ya controlan 207 compañías de todo tipo.

La covid-19 no ha mermado el apetito inversor, pero sí ha provocado algunos cambios. «En estos momentos los fondos están priorizando las operaciones en empresas tecnológicas o innovadoras, en aquellas que estén relacionadas con el comercio online o las de logística, por las que están dispuestos a pagar muy buenos precios», señala Neil Collen. También se apuesta por sectores «defensivos», como el agroalimentario, que se ha demostrado fundamental durante la pandemia, e, incluso, por la distribución alimentaria, es decir, cadenas de supermercados o mayoristas.

Fondos buitre

En el resto de sectores, lo que se buscan son «oportunidades», explica el socio de Livingstone. Es decir, son el terreno abonado para los fondos buitre. Otra cosa es que encuentren esas oportunidades porque, según Collen, a diferencia de lo que ocurrió en 2008 en el sector inmobiliario, ahora los préstamos del ICO y los ERTE están dando aire a las empresas de los sectores más golpeados por la crisis, lo que hará que sus dueños se resistan a vender a cualquier precio. Al menos, durante algún tiempo.

«Se está mirando mucho, desde luego, pero ahora falta ver si las operaciones se materializan», señala, por su parte, el socio responsable de KPMG en Alicante, Miguel Ángel Paredes, que coincide también en apuntar a la logística, las tecnológicas y la alimentación como los sectores más apetecibles para los posibles compradores. En este sentido, Paredes apunta que, «en estos momentos, lo que no pueden hacer las empresas es quedarse paradas, tienen que adaptarse, mejorar sus procesos, y habrá algunas que opten por dar entrada a nuevos socios para reforzar su situación financiera». Así, el experto señala que, además de las tomas de participación, también es muy probable que en los próximos meses se vean alianzas empresariales, en busca de sinergias que mejoren la rentabilidad o el negocio de los participantes.