Los apartamentos en la Comunitat Valenciana cuestan la mitad que durante el boom inmobiliario, según revela un informe de la tasadora Tinsa. Las tres provincias valencianas acumulan el mayor stock de España de inmuebles vacacionales sin vender de la época de la burbuja inmobiliaria. La situación es especialmente crítica en la provincia de Castelló, que tiene en su costa miles de apartamentos vacíos y en manos de los bancos. El análisis, que se cerró a principios de junio, constata el parón de las ventas por la covid-19 ante la ausencia de los compradores extranjeros (que en la Costa Blanca representan a más de la mitad del mercado).
El informe revela que un apartamento en Oropesa del Mar cuesta este verano un 57,9 % menos que en 2007. Los precios en Oropesa han caído en el último año un 3,7 % y es posible comprar un apartamento de 80 metros cuadrados por poco más de 90.000 euros (el metro cuadrado está a 1.142 euros). En Benicarló y Canet de Berenguer los inmuebles valen un 55 % menos que durante el pico del boom inmobiliario y en Almassora un 53 %.
En la provincia de Valencia los inmuebles cuestan un 55,4 % menos que en 2007 en Canet, un 46 % menos en Puçol, un 40,9 % menos en Alboraia y un 37,7 % menos en la ciudad de València. La covid-19 ha provocado un estancamiento de los precios este verano en las playas de la zona norte de la provincia y «se empiezan a notar las primeras caídas de precio de en torno al 5 y el 15 %», según la tasadora Tinsa.
Los precios de los apartamentos son un 43 % más bajos en Cullera que durante el boom inmobiliario y un 44 % más baratos en Gandia. En la capital de la Safor es posible adquirir una vivienda de ochenta metros cuadrados por menos de cien mil euros (el metro cuadrado está a 968 euros).
El estudio recuerda que en la Costa Blanca «compradores españoles y extranjeros se reparten el protagonismo en el mercado de la vivienda residencial. Los extranjeros provienen del Reino Unido (principal mercado con casi 5.000 compras al año), Bélgica, Suecia, Francia, Rusia, Noruega y Países Bajos». El mercado inmobiliario alicantino está en mejor situación que el de Valencia y Castelló, pero todavía acumula bajadas importantes respecto a la época de la burbuja. En l'Alfàs del Pi los apartamentos son un 40 % más baratos que hace una década, en Benidorm un 39,2 %, en Calp un 31,8 %, en Dénia un 29,4 % y en Xàbia un 28,7 %.
En cualquier caso, los precios en Alicante son caros. El metro cuadrado de los apartamentos en Xàbia está a 1.872 euros (150.000 euros un apartamento de 80 metros cuadrados), en Dénia a 1.800 euros, en Benidorm a 1.757 euros y en Orihuela Costa a 1.747 euros. El informe subraya que en Dénia los precios de los inmuebles se encarecieron un 15 % en los primeros meses del año (justo hasta la declaración del estado de alarma).
El estudio precisa que en las poblaciones costeras de Alicante la Covid ha provocado una caída importante de las operaciones, pero aún no se están mostrando ajustes significativos de precio en el mercado. El análisis insiste en que el mercado residencial en la costa se caracterizó el año pasado por la estabilidad y la demanda activa, aunque «ya se detectaban antes de la pandemia ciertos indicios de agotamiento en las zonas donde la recuperación se inició con anterioridad». «Se espera que los mercados residenciales de costa queden especialmente expuestos por su dependencia de la demanda extranjera. La recuperación queda supeditada no solo a la reactivación de la actividad sino a la vuelta de cierta normalidad en cuanto a la movilidad internacional y retorno de la confianza compradora», advierte Rafael Gil, director del servicio de estudios de Tinsa.
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