La crisis del coronavirus afecta de lleno al consumo de bienes y castiga fuertemente a gran parte del negocio exportador, como es el caso de las empresas azulejeras. Así lo reconoció ayer el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Vicente Nomdedeu, quien aprovechó la asamblea general de la entidad para advertir que «la incertidumbre es muy alta y hay que seguir alerta para hacer frente a la situación cambiante». Las ventas de este sector, destacó, se han desplomado un 11,3 % durante el primer semestre de 2020 en comparación con idéntico período de tiempo del año anterior.

Según el secretario general de Ascer, Alberto Echavarría, las firmas azulejeras pudieron seguir trabajando a pesar de la paralización y confinamiento total de España «ya que la industria cargó y atendió sus compromisos comerciales, retomando su actividad productiva en cuanto le fue posible, incluso antes que otras actividades» empresariales.

De cara al futuro los dirigentes patronales reconocen que tras la situación de confinamiento «es impredecible saber cómo van a mantenerse los ritmos de consumo de baldosas cerámicas» para conocer el ritmo de actividad de las empresas y las perspectivas de empleo. Respecto de los desafíos de la industria el presidente de Ascer considera necesario que se siga inyectando liquidez a las empresas «con medidas directas, ágiles y de fácil acceso ya que la industria va a necesitar más apoyo para abordar los próximos meses y es necesario garantizar su solvencia». Recientemente reclamó el apoyo del Gobierno a través de líneas de financiación del ICO.

Ascer asegura que la actual crisis del coronavirus ya ha supuesto para el sector cerámico unas pérdidas de 328 millones de euros. La asociación empresarial eleva de esta manera la caída que estimó inicialmente, cuando para el mes abril señaló que la producción cayó un 56% y sus exportaciones un 38,8%, lo que conllevó dejar de facturar 160 millones de euros y a raíz de lo cual trasladó al Gobierno un paquete de 45 medidas «urgentes» para su reactivación.

En lo relativo al marco laboral, Nomdedeu considera que habrá que seguir trabajando de forma flexible en el «ajuste de la fuerza laboral a las necesidades productivas de los próximos meses». La paz social y una compresión por parte de los agentes sociales de la situación se hacen necesarias ante lo que puede venir. Asimismo, reivindica la importancia de la industria en la economía y que «se le reconozca el papel que desempeña, y se promueva el mundo industrial y el empresarial como generador de empleo estable y de calidad».