Los supermercados situados en municipios de menos de 4.000 habitantes están registrando una mayor frecuencia de compra que en las tiendas urbanas y un incremento de ventas en torno al 15 % en un verano marcado por la crisis sanitaria del Covid-19. «La opción de privilegiar las segundas residencias o familiares frente a otros destinos y la generalización del teletrabajo hace que estas localidades estén registrando importantes incrementos de población», explica la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).

Ante esta situación, las tiendas de gran consumo están garantizando el servicio fundamental del acceso a la alimentación, crucial tanto para fijar población como para atraer y mantener visitantes.

El retrato del consumo en el supermercado rural durante este verano sigue la tendencia que se ha visto en la pandemia: un ticket medio mayor que el verano anterior, como consecuencia de una cesta de la compra más voluminosa ante la menor frecuencia de compra.

En todo caso, según Asedas, el número de visitas de los consumidores a estas tiendas cae menos que en las localizadas en zonas urbanas, con un incremento de ventas tanto en valor como en volumen en este tipo de establecimientos que se sitúa en torno al 15%.» ·n concreto, los supermercados que están recibiendo una mayor afluencia de público son los situados en municipios de menos de 4.000 habitantes.