Las carreteras de l'Alcalatén, uno de los focos de mayor actividad del clúster azulejero provincial, muestran un movimiento superior al que sería habitual en este periodo del año. Parte de la producción perdida en los peores momentos de la pandemia del coronavirus se está viendo compensada en los meses de verano, periodo que buena parte de las compañías aprovechan para programar las vacaciones de empleados y realizar labores de mantenimiento.

Fuentes del sector indican que en julio y agosto «se detecta más ritmo en la producción y siguen llegando los pedidos», para añadir acto seguido que la gran incógnita es el comportamiento del mes de octubre. En primer lugar, destacan que este repunte no compensa la gran caída de la primavera y especifican que la demanda de productos viene de proyectos anteriores a la aparición del covid-19. «Hay mercados nacionales como Andalucía que funcionan con normalidad, pero en Madrid y Barcelona todavía no se ha dado la recuperación, y las obras nuevas se acaban», aclaran. A ello se une el temor a una nueva parálisis por el aumento de brotes, no solo en España, sino en los principales puntos a los que exporta el azulejo de Castellón.

Otra explicación al impulso de estos meses está en la medida preventiva de la primera quincena de abril, cuando el Gobierno decretó el cierre temporal de toda industria considerada como no esencial. Hubo empresas que aprovecharon la situación para adelantar labores de mantenimiento.