La factoría de Ford Almussafes reinició ayer su actividad tras tres semanas de parón por vacaciones. La plantilla regresa a la fábrica con 200 trabajadores menos y perderá otros 150 durante los dos próximos meses, de septiembre a octubre, tal y como se acordó en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) pactado antes del verano, que finalmente se saldará con 350 salidas voluntarias.

La vuelta arranca llena de «incertidumbre» ante la evolución de la pandemia de la covid-19, tanto por la preocupación sobre la situación sanitaria ante los rebrotes, como por la evolución del mercado del automóvil, fundamentalmente en el mercado internacional, donde la planta de Ford Almussafes exporta entre el 80 y el 90 % de su producción.

Desde UGT, su portavoz y presidente del Comité de Empresa, Carlos Faubel, manifestó que tras las vacaciones regresan con «la misma incertidumbre o más que antes de irse», tanto por la propagación del coronavirus como por la evolución de las ventas de automóviles que, según admitió, «distan mucho de la ansiada normalidad» o de que vaya a ser un «septiembre tranquilo».

Dudas

Faubel duda que puedan mantenerse los niveles de producción al cien por cien y augura que probablemente se verán obligados a ir a una nueva mesa de negociación para ver qué planes tiene la multinacional hasta finales de año. Cabe recordar que la producción ya se había bajado en 100 unidades, para fabricar un total de 1.640 al día. Septiembre será además un mes de movimientos de personal y reestructuración del trabajo en la planta valenciana, debido a la salida de últimos 150 trabajadores del ERE que se negoció antes del período estival, apuntó.

Por su parte, el portavoz de CC OO en Ford Almussafes, José Arocas, admitió que afrontan la vuelta al trabajo «con preocupación» ante el aumento de contagios por covid-19 que se observa pero confía en que la reincorporación vaya «sin problemas». Eso sí, habrá que ver cómo van las exportaciones desde la planta valenciana ante la evolución de la pandemia en el resto de países.