El empresario valenciano Carlos Bertomeu sigue con la mirada puesta en América del Sur. No solo por las oportunidades que surgen en aviación comercial en países como Argentina o Brasil (de donde se ha tenido que retirar por la crisis que ha desencadenado la pandemia), sino también para su recién estrenada división de extinción de incendios forestales.

La mercantil Planificación y Soluciones Aéreas SA (Plysa), que forma parte del conglomerado de empresas del sector aéreo que tiene como buque insignia a Air Nostrum, valora la posibilidad de presentarse a los concurso de incendios forestales en Chile. Así lo reconoce la empresa en sus cuentas de 2019, depositadas en el registro mercantil. Según apunta, ya el pasado noviembre se valoró la posibilidad, pero «la situación político -social del país andino aconsejó mantener las aeronaves en España» con vistas a preparar la siguiente campaña.

De hecho, Plysa ha entrado con fuerza en un sector tradicionalmente copado por las mismas empresas y con poco margen para nuevos operadores. Como adelantó Levante-EMV, primero fue un contrato en Galicia en 2019 y este verano se ha convertido en el principal suministrador de aviones de carga en tierra para la campaña del Gobierno, con cinco aeronaves, en un contrato adjudicado para dos años. En total son ocho aeronaves las que han empezado a trabajar este verano.

La empresa, que está arrancando y arrastra pérdidas (un resultado de explotación negativo de 1,68 millones), ha firmado este pasado enero de 2020 un acuerdo para la adquisición de una flota de 13 aviones por un importe total de 13,2 millones de euros, de los cuales 9,2 deben ser desembolsados en 2020 y 3,96 millones en 2021. Se trata de aviones Thrush, diferentes a los Air Tractor que han monopolizado el mercado español durante décadas.