La vuelta al trabajo en la factoría de Ford Almussafes va a seguir condicionada por la inestabilidad en la producción. Tal como vaticinaba hace unos días el presidente del comité de empresa, Carlos Faubel, de UGT, la dirección de la compañía trasladó ayer a los sindicatos la necesidad de acometer otro expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), en principio hasta que acabe este convulso 2020.

La caída de la producción por el descenso en las ventas que lleva tiempo acumulándose, y agravada ahora por la crisis económica que ha traído la pandemia, obliga de nuevo a ajustar a la baja el número de unidades facturadas. Cabe recordar que la plantilla salió del último ERTE justo antes del inicio de las vacaciones, el 31 de julio.

El regreso, la pasada semana, se realizó con la fábrica dimensionada a una producción de 1.640 vehículos, unos cien menos. Será a partir del lunes cuando la comisión negociadora que ya se ha constituido aborde el detalle del nuevo recorte de unidades y la cantidad de días que se para, aunque las fuentes consultadas descartan que sea un gran ajuste.

Desde hace prácticamente dos años, la plantilla de Almussafes está acostumbrada ya a lidiar con esta nueva normalidad que le obliga a ir encadenando jornadas de parada fruto de los vaivenes del mercado. Van seis ERTE. Antes de verano se acometió incluso un ERE con 350 despidos. Pese a todo, la planta valenciana está sorteando con éxito casi todas las dudas sobre las reestructuración de la división europea.

De hecho, Almussafes va a vivir un hito en las próximas semanas, al inaugurar una planta de montaje de las baterías para los modelos híbridos del nuevo Kuga. Además, este otoño podría traer la buena noticia del encargo de un nuevo motor que supondría un desahogo para esa división.

El nuevo ERTE para el último cuatrimestre de 2020, que afectará tanto a la producción de vehículos como a la planta de Motores, se afronta tras constatar que el mercado no se está recuperando a la velocidad deseada para la cartera de vehículos que se fabrica en Almussafes. Tres de los modelos (Mondeo, S Max y Galaxy) están bastante lejos en términos de producción y éxito en el mercado de los otros dos, grandes bazas de Ford: la furgoneta comercial, por un lado, y sobre todo, el Kuga.

De hecho, la nueva generación del Kuga, que es la gran apuesta de la multinacional norteamericana en España, sí que está funcionando a la altura de las grandes expectativas que se habían depositado en este modelo, cuyo lanzamiento coincidió con el inicio de esta crisis sanitaria.

Según los datos conocidos ayer, la versión híbrida enchufable del nuevo Kuga es el modelo de este tipo de vehículos electrificados que más se ha vendido en Europa este pasado mes de julio. Fueron en concreto 6.366 unidades; por delante de modelos de Mercedes, Volvo, BMW o Mitsubishi.

Cabe destacar que el Kuga que se fabrica en exclusiva en Almussafes cuenta con varias versiones electrificadas (híbridos, híbridos enchufables), lo que sumado a otros modelos sitúa a la planta valenciana como la más orientada a las nuevas tecnologías de todo el grupo Ford en Europa, con siete variantes.