Los ingresos de las aseguradoras por primas a cierre del segundo trimestre de este año se situaron en casi 30.000 millones de euros, con un descenso del 11,1 % respecto al mismo período de 2019. El descenso, tal como informó la patronal del sector Unespa, es consecuencia directa de la paralización económica generada por la pandemia de coronavirus. Las líneas de negocio más damnificadas fueron las de vida, automóvil y empresa. Las pólizas de salud, en el contexto de la crisis sanitaria y el colapso hospitalario, aumentaron casi un 5 %, mientras que las de deceso bajaron un 1 % en un período en el que la covid-19 se cobró numerosas vidas, en especial de personas mayores de edad.

La facturación del negocio de vida, reflejada en los ingresos por primas, menguó un 26,02 % en términos interanuales, lo que ha tenido un impacto en el volumen de ahorro gestionado a través de seguros, «que ha dejado de crecer». En automóviles, el descenso ha sido del 2,95 % en los ingresos, hasta los 5.694 millones de euros, debido sobre todo a la paralización en la venta de vehículos. Los epígrafes de seguros diversos y resto de no vida, cayeron, respectivamente un 1,7 % y casi un 4 %. Como precisa Unespa, en ambos están incluidas las protecciones más ligadas a la actividad económica, es decir, las empresas.

A pesar de esto, la facturación del ramo de no vida creció un exiguo 0,42 % gracias a la inercia de crecimiento de enero y febrero, previos a la declaración del estado de alarma a mediados de marzo, «y al aguante de las restantes líneas de negocio». Así, los seguros que protegen inmuebles crecieron un 2,86 %. Los de incendios lo hicieron en un 11 % y en cuanto a transportes, las pólizas de aviación experimentaron un alza del 47 %. Por contra, los seguros de accidentes registraron un descenso del 2,45 % y los de asistencia, del 21 %. Por último, los de pérdidas pecuniarias cayeron un 22 %.