Las cifras son elocuentes sobre el enorme daño que la pandemia está provocando en la economía valenciana. Más de 3.700 millones de euros ha dejado de ingresar solo en los siete primeros meses del año por la reducción en el gasto de los turistas extranjeros, según los datos que ayer hizo públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre enero y julio de 2019, los gastos de los visitantes ascendieron a 5.139 millones de euros. Un año más tarde, esa cifra había bajado a 1.611, lo que implica un descenso del 69,9 %. Solo en julio, la bajada fue del 72 %, de 1.368 a 378 millones.

Esta abultada disminución fue la consecuencia directa de la pérdida de viajeros procedentes del exterior que está padeciendo la Comunitat Valenciana en esta temporada turística sin parangón por sus malos resultados. Y es que 3,7 millones de visitantes extranjeros han dejado de venir este año. En los siete primeros meses de 2019, el número de viajeros superó los 5,39 millones de personas, mientras que un año más tarde ese número había bajado a 1,63 millones. El descenso fue del 69 %, en línea con el experimentado solo en el mes de julio, cuando las llegadas pasaron de 1,2 millones en 2019 a 383.013 en 2020. Casi 900.000 menos. Las cosas fueron a peor en el conjunto de España, donde ambos descensos se elevaron al 72 % y al 75 %, respectivamente, con disminuciones, solo en julio, del 81 % en Cataluña y del 87 % en Madrid. Esta última, solo recibió 76.000 visitantes. En el acumulado anual, la peor parada fue Baleares, con una bajada del 87 %. El archipiélago se vio superado en más de 600.000 personas por la Comunitat Valenciana.

El 24 % de los viajeros extranjeros que llegaron a la autonomía procedía de Francia, que arrebató la primera plaza al Reino Unido, que alcanzó solo el 18,3 % del total.