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Un cambio fiscal por el CO2 encarecerá el precio de los coches en 2021

La adaptación del impuesto de matriculación al nuevo protocolo para medir las emisiones obligará a pagar a muchos compradores ahora exentos Los concesionarios aceleran las matriculaciones

Un cambio fiscal por el CO2 encarecerá el precio de los coches en 2021

La sostenibilidad se ha convertido en una de las grandes obsesiones de las administraciones desde hace un tiempo. Sobre todo en materia de movilidad, hasta el punto de elevar su fiscalidad. Es el caso de la Generalitat, en concreto de la Conselleria de Transición Ecológica, que con vistas a 2023 prepara un impuesto para los vehículos que generen emisiones matriculados en la Comunitat Valenciana. El objetivo no es otro que empezar a desincentivar la adquisición de coches que emitan CO2 con la vista puesta en 2040, cuando toda la movilidad privada debe ser cero emisiones.

Planes

Pero no todos los planes son a largo plazo. En pocos meses entra en vigor un cambio fiscal que puede elevar el precio de los vehículos, en un momento complicado, por otro lado, para la industria de la automoción por la pandemia.

El Gobierno apoya con una mano la compra de coches a través del nuevo Plan Renove (ayudas públicas de entre 400 y 5.000 euros) y con la otra eleva la presión fiscal sobre los compradores siguiendo indicaciones de la UE. Un cambio tributario que entrará en vigor el 1 de enero de 2021 y que está relacionado con las emisiones de dióxido de carbono obligará a pagar por muchas de las adquisiciones de vehículos nuevos que ahora están exentas del impuesto de matriculación y puede aumentar también la carga fiscal de modelos por los que ya se tributa.

La adquisición de un coche nuevo está gravada por dos tributos: el IVA, con un tipo del 21% como norma general, y el impuesto sobre determinados medios de transporte, conocido como impuesto de matriculación, que puede suponer entre el 4,75% y el 16% calculado sobre el precio de automóvil.

El tipo impositivo de este último gravamen varía según las emisiones de CO2 acreditadas por el fabricante con arreglo a los protocolos de homologación que determina la UE. El aumento de la presión fiscal que se producirá desde enero viene por ese lado: la adaptación del impuesto al cambio que se ha producido al sustituir Bruselas un sistema de homologación (NEDC, basado en pruebas de laboratorio) por otro (WLTP, a partir de pruebas de conducción real) que, se calcula en el sector, puede elevar el 20% el nivel de emisiones verificado.

Impacto

El primer impacto tributario de ese cambio será que buena parte de los vehículos que hasta ahora estaban exentos del impuesto de matriculación dejarán de estarlo. En la actualidad, el tipo de gravamen es del 0% para los automóviles de combustión con emisiones certificadas inferiores a 120 gramos de CO2 por kilómetro, una medida ideada para estimular la adquisición de los coches con niveles moderados de contaminación.

Con la normativa vigente, ese límite de los 120 gramos hace posible que una mayoría de modelos y compradores estén liberados de tributar, incluso a pesar de que desde 2018 se aplica transitoriamente un coeficiente de corrección que ha elevado entre el 5% y el 7% los niveles de emisiones hasta entonces reconocidos.

La situación cambiará el próximo enero. Inicialmente, la adaptación del impuesto a las nuevas reglas debía entrar en vigor en agosto de 2018, pero el Gobierno aprobó una moratoria que expira el próximo 31 de diciembre. En el sector se da por seguro que, al aumentar el nivel de emisiones certificado desde enero, buena parte de los modelos por los que ahora no se tributa quedarán sujetos al impuesto.

También, que aumentará la carga sobre otros modelos ya gravados al subir de tramo en la escala de los tipos impositivos. Un ejemplo: por un coche con un coste antes de impuestos de 15.000 euros y de un modelo de gasolina o gasóleo que ahora tenga asignadas unas emisiones de 110 gramos por kilómetro se pasará de no pagar el impuesto si la matriculación se hace este año a tributar 712 euros en 2021.

Fuentes del sector valenciano de los concesionarios señalan que precisamente en estos últimos meses se están matriculando todos los coches antiguos para evitar una subida fiscal, y apuntan que con el cambio de emisión muchos modelos pueden «saltar» de tramo. Con todo, insisten también que la tendencia del mercado camina inevitablemente hacia vehículos cada vez menos contaminantes.

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