El sector textil, con un peso específico muy relevante en las comarcas centrales valencianas, vive una situación ambivalente, con actividades muy castigadas por la crisis del coronavirus y otras que han encontrado en la pandemia una oportunidad de negocio. El textil para el hogar, singularmente el relacionado con el descanso, y los tejidos sanitarios «están funcionando bastante bien», según el presidente de la patronal autonómica Ateval, Pepe Serna, quien, no obstante, añade que el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) y buena parte de los eventos sociales, como bodas, comuniones o bautizos, están de capa caída. Las ventas en tiendas en España de productos de textil-confección -Serna no disponía de datos concretos de la Comunitat Valenciana- han descendido el pasado agosto en un 35 %. Bien cierto es que, una parte de esa bajada, se ha compensado mediante el negocio «online».

El dirigentes empresarial explicó que, por las restricciones impuestas para controlar la expansión de la pandemia y el miedo al contagio por parte de muchos ciudadanos, se ha reducido el número de los citados eventos sociales, lo que ha implicado un descenso en las ventas de trajes y ropas para dichas conmemoraciones. En cuanto al canal Horeca, al que el textil suministra un sinfín de productos, desde toallas y manteles hasta ropa de cama, las empresas de esta actividad han sufrido largos confinamientos y muchas restricciones, además de una temporada turística calamitosa, lo que ha mermado de forma considerable las ventas al mismo. Situación bien distinta es la de las empresas que proveen otro tipo de textiles. Es un caso emblemático el de las firmas de las comarcas centrales que han derivado parte de su producción a la elaboración de artículos sanitarios.

Algo parecido ha sucedido con los textiles para el hogar, que han experimentado un repunte como consecuencia del confinamiento de las familias: «Mucha gente ha aprovecha el momento para renovar sus colchones o las fundas para estos y también los cubresofás, entre otros productos», afirma Serna. El presidente de Ateval considera que la coyuntura del textil ha sido, en términos generales, «aceptable desde junio», cuando el país entró en la denominada nueva normalidad. «Ha habido ajustes en algunos subsectores, pero no nos consta el cierre de empresas en la Comunitat Valenciana», ni una política de despidos en las mercantiles, aunque muchas de ellas tuvieron que recurrir a los ERTE, sobre todo en las primeras semanas de la parálisis de actividad. En cuanto a la exportación, Serna asegura que la situación «es irregular», porque depende de los diferentes mercados. Eso sí, Latinoamérica y Oriente Medio «están muy mal» para los productos valencianos.