Quizás porque fue un mes de una relativa esperanza, cuando los ciudadanos habían dejado atrás el confinamiento por el coronavirus, los turistas, más bien con cuentagotas, empezaban a venir y todavía no se habían extendido los rebrotes de covid-19 que han ensombrecido el panorama desde principios de agosto, pero lo cierto es que la creación de empresas en la Comunitat Valenciana se mantuvo en julio casi en las mismas cifras que un año antes, cuando la pandemia no era ni una pesadilla. Los datos hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística desvelan que en julio se crearon en la autonomía 926 mercantiles, solo un 0,4 % menos que en el mismo mes de 2019. El dato es inferior al 2,4 % de descenso del conjunto de España y también está por debajo del 4,3 % de Cataluña o el 11 % de Madrid. Pese a un contexto en el que muchas empresas han tenido que cerrar sus puertas durante semanas, han aplicado ERTE y han perdido una parte considerable de su negocio, las disoluciones de mercantiles en la Comunitat Valenciana se han reducido de forma considerable en julio. En concreto, lo han hecho en un 50,8 %, el porcentaje más elevado de toda España, donde la caída ha sido del 11,9 %.

En la autonomía, las firmas disueltas en julio fueron 127. En Cataluña aumentaron en un 5,7 % y en Madrid, en un 3,6 %. El INE facilitó el dato de variación en la creación de empresas respecto al mes de junio, pero solo del conjunto de España, donde se registró un incremento del 13,4 %. Tampoco da el detalle autonómico por sectores, pero el del ámbito nacional es un indicativo de lo sucedido en cada región. Así, el mayor número de mercantiles se creó en el comercio -23,5 % del total-, precisamente una de las actividades más castigadas por la pandemia. Le siguen las actividades inmobiliarias, financieras y de seguros (14,5 %), las profesionales (11,1 %), la construcción (10,4 %) y, sorprendentemente, la hostelería (9,9 %). Claro que el sector con más disoluciones fue también el comercio (17,6 % del total), seguido de la construcción (16 %), la industria y la energía (13,4 %) y las actividades profesionales (11,6 %). La hostelería aportó el 7,1 %.