Nacido en València en 1970, Ibáñez estudió Administración de Empresas en la Universidad Europea. A partir de 1994, trabaja en varias firmas de asesoramiento financiero, hasta que en 2003 funda Ética Patrimonios, de la que ahora es el único accionista. Ética es un grupo con cuatro ramas: la de patrimonio, la de mercados,la de sostenibilidad y Ética Lab, centrada en la I+D. ¿En qué medida está afectando la crisis del coronavirus a su sector? Yo distinguiría dos tipos de efectos. Por un lado, está afectando a los mercados financieros y a las empresas en sus resultados y su valoración y eso tiene un impacto en las carteras de los clientes. Por otro, en cuanto al asesoramiento financiero, nos está obligando a cambiar nuestro modo de trabajar. Tenemos que buscar alternativas para reunirnos con los clientes más allá de los contactos presenciales. El efecto positivo es que se está poniendo en valor contar con un profesional comprometido y experimentado. Ética apuesta por la inversión socialmente responsable. El gran efecto de la covid es que los inversores no solo invierten por rentabilidad económica sino también por impacto social. Tal como está la situación, ¿no cree que los inversores con menos recursos deberían huir de la Bolsa, los fondos de inversión, etc? No es una cuestión de huir o no, sino de tener una cartera adecuada a tu perfil de inversión. No es tanto tener bolsa o bonos, sino los activos que corresponden a tu nivel de riesgo. Por eso no es una cuestión del tamaño de la cartera sino de los objetivos de cada cliente. Pero las rentabilidades son malas. La renta fija es cierto que está muy baja, igual que los depósitos bancarios, pero en el mundo de la inversión hay muchas más opciones con rentabilidades adecuadas, como los sectores de la Biotecnología, que están creciendo mucho en Bolsa por el impacto de la covid. ¿Qué le recomienda a un inversor prudente? Lo que le recomendamos siempre es que primero de todo acuda a un asesor financiero independiente. En cuanto al tipo de inversiones, un cliente conservador debe tener una parte importante en productos sin riesgo aunque con poca rentabilidad y liquidez inmediata para poder afrontar cualquier riesgo personal. También un porcentaje más pequeño que invirtiera en Bolsa, en el sector inmobiliario o empresas con mucho crecimiento como las de Biotecnología y energías renovables. ¿Por qué es buen momento para el inmobiliario? Es un sector muy amplio. Nosotros estamos enfocados al sector inmologístico, que es el gran beneficiado por los efectos del coronavirus y las nuevas tendencias de consumo que nos llevan a comprar más por internet. El oro está disparado. ¿Es tiempo de seguridad? Vivimos en un momento de grandísima incertidumbre. El oro es un valor refugio tradicional, pero también es una materia prima con volatilidad. No recomendaríamos invertir en oro como alternativa refugio debido a los precios tan elevados a los que cotiza. Hay riesgo de caída del precio, porque en realidad no se compra oro sino que inviertes en productos financieros apoyados en ese metal. No es ir a una joyería y comprar oro físico, que no cotiza. ¿Cómo ve el panorama en la banca respecto de las fusiones? [La entrevista se hizo antes del anuncio entre Bankia y CaixaBank] La banca no es diferente a otro sector. Cuando los márgenes caen, eso obliga a buscar economías de escala. Eso significa empresas más grandes que puedan reducir sus costes. Sí, veo fusiones. Están además impulsadas desde las instituciones públicas. Será una cuestión de tiempo que queden 4 o 5 grupos bancarios.
