China quiere ampliar su dominio del transporte marítimo de mercancías e infraestructuras con un nuevo megaproyecto portuario próximo a su territorio. El Gobierno de Pekín tiene como prioridad impulsar en Myanmar (la antigua Birmania) nuevos planes vinculados con la Nueva Ruta de la Seda, entre ellos una linea de ferrocarril transfronteriza, un megapuerto y una zona económica especial que tendrá vinculaciones muy directas para los intereses comerciales del Puerto de València y su principal operador, el grupo Cosco Shipping. El ambicioso proyecto de megapuerto estará en Kyaukphyu y permitirá a los buques ahorrar entre tres y cinco días de navegación en la rutas transoceánicas de mercancías entre ese enclave con los principales puertos del Mediterráneo (entre estos el de València) respecto a los grandes emplazamientos del sudeste asiático como Hong Kong, Shanghai o Tianjin, entre otros del Pacífico.
Paralelamente, China impulsa la zona económica especial de Kyaukphyu (KPSEZ), que tendrá como principal inversor al Grupo Citic, empresa de inversión estatal de China. El nuevo puerto tendrá una extensión de 17 millones de metros cuadrados (unas tres veces la actual superficie del recinto del Grao, sin contar su proyecto de ampliación de 136 hectáreas) y requerirá una inversión de 7.200 millones, que su suman a los de 2.390 millones para el parque industrial. La primera fase del citado puerto contempla la construcción de dos terminales con 16 metros de calado y con capacidad para buques de 8.000 TEU (unidad de contenedor de vente pies, 6,1 metros de largo). Este ambicioso plan será clave para impulsar el corredor económico Bangladesh-China-India-Myanmar, que el presidente de China, Xi Jinping, considera clave para el futuro del país. La empresa conjunta para el puerto tendrá como socio a Citic, que contará con el 51% de la participación, mientras que el 39 % estará en manos del consorcio Myanmar Kyauk Phyu SEZ Holding Consortium y el resto, por otros inversores de la zona comercial El puerto será explotado por Cosco Shipping, propietario a la sazón de 46 grandes terminales en todo el mundo (como la de València o la de El Pireo de Atenas) que mueven 90 millones de contenedores anuales. El futuro puerto de Kyaukphyu permitirá el desarrollo del ferrocarril para el tráfico de mercancías así como una carretera para unir diversas ciudades de China con Myanmar. La Fundación Lumbini Garden, que tiende puentes culturales y económicos entre Asia y España, ha invitado a la Cámara de Comercio de València a visitar esta zona en 2021. Los empresarios valencianos podrán participar en la construcción de infraestructuras portuarias, así como en los corredores ferroviarios y en los desarrollos inmobiliarios colindantes a la citada zona económica especial, que incluye viviendas y campos de golf. El Puerto de València, antes de continuar su ruta hacia Extremadura, ha exhibido un Buda de jade blanco de pequeña escala.
En Cáceres se levantará el templo de budismo más grande de Europa con una inversión de 72 millones de euros y Valenciaport será el de llegada para el tráfico que recibirá Cáceres para la construcción de ese templo. Esta fundación y Levante-EMV han organizado hoy una jornada ´Relaciones España-Asia´, en la que participan José Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini Garden; Margaret Chen, fundadora de China Club Spain; José Manuel Chiquillo, presidente de la Red Internacional de Puntos Focales del Programa Unesco Ruta de la Seda y Vicente Andreu, director del Instituto Confucio de la Universitat de València. Clausura el evento el presidente de la Cámara, José Vicente Morata.
Un proyecto en la geostrategia china
El nuevo movimiento en forma de inversiones e infraestructuras que China pone en marcha en Myanmar representa otro trazo de amplio calado en el complejo entramado estratégico que el gigante asiático ha venido dibujando en los últimos años. Desde la llegada a la presidencia de Xi Jinping en 2013, China ha dado un giro de tuerca más a una política exterior que evoluciona hacia la búsqueda de un liderazgo, interés e influencia superior en el entorno mundial. Ante este objetivo, el desarrollo de la conocida como Belt and Road Initiative (BRI) -formada por la antigua Ruta de la Seda (terrestre) y la nueva Ruta de la Seda (marítima)- se ha establecido como un pilar fundamental en el establecimiento de una cada vez más nutrida red de conexiones que unan las regiones chinas con enclaves de todo el globo. En esta tesitura, Myanmar y sus megaproyectos prevén convertirse en una pieza de gran relevancia a varios niveles.
En primer lugar, por el apartado económico y la capacidad que el puerto de Kyaukphyu ofrecerá como un nexo que acerque a China al Golfo de Bengala y el océano Índico. Este posicionamiento le permitirá encontrar una nueva vía alternativa -y rápida- al estrecho de Malaca, puerta de gran parte del comercio del gigante asiático y que, dada su dependencia actual, sería un espacio de debilidad en caso de que unas hipotéticas máximas tensiones con Estados Unidos pusieran en riesgo de bloqueo las transacciones comerciales chinas. Por otro lado, a nivel geopolítico, supone añadir un nuevo territorio de importancia en esa estrategia que la potencia oriental ha ido fraguando con vistas a aumentar su presencia en la zona. No en vano, el gigante asiático ya ha explorado esta vía -que incluye la construcción de espacios industriales, ferrocarriles o conductos para llevar hasta el país recursos esenciales como el petróleo, dada su mayor cercanía con el estrecho de Ormuz- en otros países como Pakistán, uno de sus mayores aliados dentro de la BRI y cuya trascendencia podría repetirse a medio plazo en Myanmar. De momento, Xi Jinping ya ha puesto las bases para ello. El proyecto inicial que maneja el grupo estatal chino incluye dos terminales de contenedores y un recinto de 17 millones de metros cuadrados.
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