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La "Diada" de CaixaBank

Las referencias a Cataluña se redujeron a la mínima expresión en la jornada en que el banco escenificó su conversión en la primera entidad financiera española - La comparecencia ante los medios se prolongó durante dos horas y media

La "Diada" de CaixaBank

«Mucha pena». Es lo que siente el todavía presidente de Bankia y futuro responsable de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ante la perspectiva de la desaparición de la marca que tanto le costó encauzar desde que sustituyó a Rodrigo Rato al frente de la misma en mayo de 2012. La entidad resultante de la fusión entre Bancaja y Caja Madrid, nacida a finales de 2010, acababa de ser intervenida y luego fue necesaria la inyección de 22.400 millones de euros para reflotarla. Su imagen estaba por los suelos: con miles de inversores enfadados por la fallida salida a Bolsa o atrapados en las preferentes. «Fue un acierto mantener la marca, aunque entonces estaba muy tocada, pero gracias al esfuerzo de todo el equipo», se recompuso con el paso de los años, a duras penas. Tan es así que Gorigolzarri, cuando se le preguntó al respecto durante la rueda de prensa de ayer, admitió que «aún tiene connotaciones negativas por el pasado». «Frente a esto», añadió, «está CaixaBank, que es una marca más asentada, tiene mayor cuota de mercado» y su denominación está vinculada a la Fundación Bancaria La Caixa, lo cual «es relevante». Además, el coste de cambio era superior si se mantenía la marca Bankia por la mayor penetración en oficinas de CaixaBank. Goirigolzarri también desveló que el actual consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, será el primer directivo de la futura entidad aunque él vaya a ser presidente ejecutivo. «Lo acordamos el primer día», dijo, antes de recordar que, de su experiencia en tantas fusiones bancarias, «una de las lecciones que he aprendido es que la línea de mando debe estar clara». El presidente de Bankia se reserva funciones de apoyo a la gestión y al consejo y también la comunicación. Asimismo, desveló que el actual consejero delegado de Bankia, José Sevilla, tendrá una «responsabilidad en el comité de dirección» del nuevo banco.

Presentación del acuerdo de fusión entre CaixaBank y Bankia en València

Presentación del acuerdo de fusión entre CaixaBank y Bankia en València

Por otro lado, al futuro presidente de CaixaBank le preguntaron por las relaciones futuras entre la Fundación Bancaja y la de La Caixa. Goirigolzarri recordó que Bankia colabora, pero no tiene vínculos directos con la entidad desgajada de la antigua caja valenciana, pero mostró su disposición a propiciar proyectos en los que participen ambas. Un «Bona tarda», el omnipresente logo de la entidad y la disposición de los asientos de los informadores, que de pronto te retrotraían a las sillas que utilizaron como simbolo las organizaciones independentistas durante la última Diada, fueron ayer las únicas referencias catalanas en el «dia gran» de CaixaBank, la jornada en la que se presentó al mundo como el mayor banco de España tras la absorción de Bankia. Al consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, le preguntaron, en la única referencia a este tema, si, tras la operación, la entidad dejaría de ser catalana, y el primer ejecutivo respondió que el banco «tiene raíces catalanas», que «opera en toda España» y que la fusión «hace más fuerte a CaixaBank y eso es bueno para España y para Cataluña». ¿Entesos? Solo faltó que algún periodista se interesa por la familia de Goirigolzarri y Gortázar, porque hubo tiempo para preguntar casi por todo. Y a fe que nadie se fue defraudado. Dos horas y media largas en un clima gélido. El día había salido con nubes en València, pero el aire acondicionado estaba puesto como en los peores días del tórrido verano de la ciudad. La pandemia trastocó en buena medida el cónclave, porque obligó a distanciar a los informadores por seguridad.Algunos, en un rincón, apenas veían a los dirigentes bancarios, que se mostraron dicharacheros si la ocasión lo propiciaba, siempre dentro de los márgenes más bien austeros que rige el proceder de los banqueros. Desde el fondo, resultaba chocante ver a Goirigolzarri debajo del logo de CaixaBank. ¿Qué? Como no había espacio para todos y la convocatoria se hizo a última hora del jueves, muchos periodistas que no pudieron llegar a tiempo a València participaron por videoconferencia y, por lo que se veía a sus espaldas, intervenían desde sus casas. Manda el teletrabajo. Los cámaras de televisión y los fotógrafos se quedaron esta vez en la calle. Literalmente. No había lugar para ellos, tan dados a arremolinarse y a acercarse a su objetivo. Así que los pocos que se llegaron hasta el histórico edificio del Banco de Valencia, donde CaixaBank instaló su sede social en octubre de 2017 huyendo de la deriva independentista, se libraron de un posible resfríado. Con paciencia de santos, algunos esperaron al final de la rueda de prensa y se llevaron el premio de fotografiar, por la puerta secundaria del inmueble, la salida de Gortázar y Goirigolzarri, cada uno por separado y en su propio coche, directos hacia un destino que los ha unido, aunque, hasta que la fusión se formalice dentro de seis meses, seguirán compitiendo, como ambos afirmaron.

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