El presidente de Mercadona, Juan Roig, aseguró ayer que en estos tiempos de coronavirus «la economía y la salud son igual de importantes, aunque la salud es lo primero». Habló de la dicotomía entre salud y economía, y dijo que es como la existente entre comer y respirar. «Las dos cosas las tenemos que hacer: primero respirar y después comer, pero si respiras mucho y no comes acabarás por dejar de respirar», puntualizó. Así de contundente se mostró el propietario de la cadena valenciana de distribución en el diálogo mantenido con el máximo mandatario de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, moderado por la exministra Elena Salgado, actual consejera de Saba Infraestructuras y presidenta de la Asociación Española de Empresas de Consultoría. Según Gorigolzarri, ese debate entre salud y economía «no es un planteamiento binario porque hay que adaptarse a vivir en esa situación».

Roig y Goirigolzarri coincidieron en sus reflexiones sobre los desafíos de la economía al señalar que los empresarios deben ser los «protagonistas» en el destino de los fondos de reestructuración destinados por la Unión Europea (UE) para paliar los efectos de la pandemia de coronavirus en España.

Los máximos responsables de Mercadona y Bankia abogaron por estar «al pie del cañón» porque la economía no se puede detener en esta situación, cuando ya se estudia la implantación del toque de queda en todo el país.

Durante su intervención en el XIX Congreso de Directivos CEDE, Goirigolzarri afirmó que la mayor caída del Producto Interior Bruto de España tiene que ver con su estructura sectorial, en la que tiene gran peso el turismo y los servicios. «Son muy relevantes algunas debilidades de la economía española como la baja productividad, un mercado laboral muy dual y parte de su economía, sumergida», lamentó. En su opinión, los Presupuestos del Estado deben contar con el «máximo nivel de consenso».

Para Goirigolzarri, «la buena noticia es la capacidad de transformar las debilidades de la economía y la disponibilidad de los fondos de la UE para invertir en proyectos que generen riqueza. No en gastos innecesarios», agregó. Y es momento de trabajar más, según Roig. Por eso enfatizó en que «no hay que hablar tanto de la vacuna y trabajar más, coger más el pico y la pala».

El presidente de Mercadona no le dio a las ayudas de Bruselas la misma importancia que Goirigolzarri pero sí coincidió con él en el protagonismo que tendrán las empresas para salir de la crisis: «Esto lo sacaremos adelante las empresas privadas, a las que tenemos que dar un buen marco», agregó.

Para el dirigente de Bankia, también son tiempos de centrar el debate político en las cuestiones correctas y priorizar problemas. «La agenda que preocupa a los ciudadanos es la de salvar vidas y crear puestos de trabajo», indicó. Goirigolzarri puso como ejemplo de bonanza económica tras la dura etapa de coronavirus a países como China, Singapur o Corea del Sur, «porque ya tienen éxito en economía y en la salud en sus poblaciones».

Goirigolzarri reclamó a las autoridades españolas «poner un marco de seguridad jurídica y fiscal» que promueva los valores empresariales. Y advirtió que «sería una irresponsabilidad tremenda» no invertir los fondos europeos en proyectos que creen riqueza, en los que «el auténtico protagonista es el mundo empresarial».

Empresas que no paran

Respecto a la afección de la crisis sanitaria en el grupo Bankia, Goirigolzarri admitió que tenían análisis de riesgos frente a todo tipo de situaciones, desde terremotos hasta ataques terroristas, si bien «ninguno para una pandemia. Sin embargo reaccionó haciendo que los servicios funcionaran, con el 90 % de las oficinas abiertas, y en tres meses cambió todo el catálogo de productos y comenzó a vender algunos que no conocía, como la moratoria o los préstamos ICO, a través del teletrabajo de sus empleados».

Por su parte, Roig cifró en 300 millones la inversión de la cadena de supermercados en medidas para preservar la salud de sus trabajadores y sus clientes. Sobre el futuro de las compañías, Roig indicó que es «fundamental que ganen dinero y hacerlo de forma honesta». Insistió en que los que sacarán adelante la crisis serán las empresas, los empresarios y los trabajadores. «Las empresas están para satisfacer al cliente y al trabajador, pero también para lograr beneficios», recordó. También tuvo tiempo para ponerse nostálgico al recordar que en València, en el siglo XIX, los productores de naranjas y los ceramistas no sabían hablar castellano, inglés o francés pero se dedicaban a exportar. Comentó que es importante «creer más en la fuerza mental que en los medios físicos». Auguró dos años de crisis, en 2021 y 2022 y por eso hay que prestarle atención a la economía.

Apoyarse en las fortalezas

Ambos hablaron de liderazgo. Durante la pandemia, Roig confirmó que la compañía ha reunido al menos once veces al comité de dirección de forma presencial para garantizar los procesos de gestión en toda la cadena logística y de distribución. Por otro lado, mantiene sus planes de inversión. La cadena familiar ha invertido 1.600 millones en reformas de tiendas. «La empresa y los trabajadores somos los que tenemos que sacar adelante esta situación», comentó Roig a preguntas de Salgado sobre lo que hay que hacer a partir de ahora.

El propietario de la conocida compañía familiar también tiró de ironías y analogías para comentar la necesidad de que en tiempos de crisis hay que apoyarse en las fortalezas y no en las debilidades. «Estamos construyendo un túnel en el Himalaya y no se sabe qué profundidad tiene ni cuánto tiempo va a durar. Por eso hay que dedicarse a picar y no a mirar atrás», concluyó.

Fainé aboga por los «consensos políticos» ante la «crisis grave»

El presidente de Criteria Caixa y de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidre Fainé, a la sazón presidente de la Fundación CEDE, fue el encargado de abrir la sesión de clausura del Congreso de Directivos CEDE, y aseguró en su turno de palabra que nos enfrentamos «a una realidad internacional muy cruda y especialmente grave en España, y no parece fácil que tengamos una recuperación rápida». 

Para Fainé, «debemos estar mentalizados y preparados para un periodo de dificultades cuya duración e intensidad son inciertas. Hoy por hoy, nadie está en condiciones de realizar pronósticos fiables sobre estas cuestiones. Esta crisis y la posterior recuperación tendrán efectos muy desiguales».

En opinión del presidente de la Fundación CEDE y de la Fundación Bancaria la Caixa, «esta pandemia no es una crisis cualquiera, es una crisis transformadora. Está actuando como catalizador de diversas fuerzas de cambio que ya estaban en marcha. Y además ha sido el desencadenante de otras nuevas tendencias. España tiene bazas a jugar para situarse entre los ganadores. Pero no nos engañemos, no lo tenemos nada fácil».

Fainé animó a todos los empresarios y directivos a creer en las posibilidades. «Pensemos que podemos y debemos situarnos en el grupo de los países delanteros en Europa y, de ese modo, encarar con las mejores garantías el mundo que vendrá después de la covid-19. Debemos completar cuanto antes los deberes que tenemos atrasados, a fin de poder cumplir, primero, las condiciones que establezca la Unión Europea para recibir los fondos anunciados; y, segundo, para reactivar la economía sin perder la estela de Alemania y Francia».

Los próximos meses serán decisivos en opinión del máximo responsable de la Fundación CEDE y de la Fundación Bancaria la Caixa, porque a mediados del año que viene tendrán lugar dos acontecimientos cruciales: por un lado, se estarán concretando los proyectos de inversión que recibirán fondos del tan esperado Plan Europeo de Recuperación. Y por otro, el Banco Central Europeo estará revisando los términos de sus programas monetarios de emergencia. 

Reformas estructurales

«Los representantes políticos deben acordar y comprometer una agenda de reformas estructurales amplias, profundas y estables. Culminar reformas de esta envergadura pasa por alcanzar consensos políticos amplios. Y en esta materia, solo podemos confiar en la racionalidad de nuestros líderes políticos. Por ello, me sumo a las voces de quienes reclaman a las distintas fuerzas políticas que estén a la altura que exige el momento actual. Y que antepongan los intereses del conjunto del país a cualquier otra consideración».

Fainé quiso detenerse en la figura del líder transformador. «Aquellos que encaran con determinación las nuevas situaciones y los nuevos retos, y lo hacen con inteligencia y con prudencia. Son optimistas porque saben que con su buen hacer serán capaces de ayudar a que la empresa supere los tiempos más adversos. Y son sabedores de que la empresa tendrá que transformarse continuamente para competir en un entorno exigente y cambiante».