El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, aseguró ayer que no cree que España «sea un país que, con los niveles de competitividad y productividad que tiene, tenga que dar prioridad» a la semana de cuatro días laborables, como propuso el vicepresidente segundo de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, y negó que este tema se haya hablado en el Consejo de Ministros.

Preguntado por si está previsto que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subirá a 1.000 euros en 2021, Escrivá afirmó que no le consta; y sobre si las pensiones se verán afectadas por la bajada del IPC, el ministro lo negó y subrayó que «el objetivo es mantener el poder adquisitivo». «Con la aprobación del Pacto de Toledo, estableceremos un mecanismo reglado de cómo se actualizan las pensiones manteniendo el poder adquisitivo», zanjó el ministro.

Sobre la jornada laboral de cuatro días, el máximo representante de UGT, Pepe Álvarez, comentó ayer que «no se puede, de ninguna manera, renunciar a un elemento básico y fundamental para conseguir más empleo» y que «hay que repartir la jornada de trabajo» en las empresas españolas.