El presidente de Puertos del Estado, el economista castellonense Francisco Toledo, reconoce que la reducción de las tasas portuarias para impulsar los tráficos así como el plan de inversiones públicas acometido por este organismo dependiente del Ministerio de Transportes para mitigar los efectos de la pandemia lastrarán las cuentas de explotación de la entidad estatal, que prevé cerrar el ejercicio con solo 16 millones de euros de beneficios, lo que supone una caída del 94 % respecto al año anterior.
El máximo responsable de los puertos de interés general aseguró que 13 Autoridades Portuarias han rebajado las tasas y ninguna las ha aumentado. Esa estrategia la ha seguido Valenciaport, el de mayor tráfico de contenedores de España y también uno de los que más contribuye al fondo de compensación interportuario, cuyos resultados se reparten para infraestructuras del Estado. Hay que tener en cuenta que la mitad del beneficio de los puertos se concentra en cuatro recintos y Barcelona se mantiene como el principal contribuyente del sistema, con una cuota de casi el 20 % de las ganancias totales y del 15% de la cifra de negocio. Las autoridades portuarias de Barcelona, València, Las Palmas y Baleares aglutinan un beneficio conjunto de unos 150 millones de euros anuales.
Sea como fuere, el desplome del comercio mundial pasará factura al emplazamiento del Grao durante este año. La Autoridad Portuaria de València ha tenido que modificar su plan de empresa de 2020 al prever una caída del tráfico de mercancías del 11 % en comparación con el año anterior por la crisis económica derivada del coronavirus. Eso conllevará reducir la cifra de negocio a 125 millones de euros (frente a los 142 del año precedente) mientras que la ganancia neta caerá a unos 6 millones (el ejercicio anterior ganó 25).
También el Puerto de Castelló maneja cifras a la baja, pues espera cerrar el año con un tráfico de 18 millones de toneladas, un 10% menos que en 2019. La Autoridad Portuaria de Castelló prevé un tráfico de 18 millones de toneladas, es decir un 10 % menos que en 2019. Su presidente, Rafael Simó, que ayer hizo balance de sus primeros cien días al frente del organismo público, reconoció que este descenso del 10% al concluir el ejercicio se ajusta a las previsiones que se realizaron al inicio de la pandemia.
Mientras, el Puerto de Alicante sigue sufriendo las consecuencias económicas de la crisis provocada con la covid-19, pues hasta septiembre perdió un 11% del tráfico de mercancías al mover 1,96 millones de toneladas. Su plan de empresa 2020-2024 estima una inversión público-privada de 140 millones en sus instalaciones durante los próximos cuatro años, de los que 118 millones procederían de la iniciativa privada y 22 millones de la pública.
Según Puertos del Estado, el descenso generalizado de los tráficos, que en mercancías alcanza el 11% y en pasajeros el 60%, provocará que la mitad de los puertos españoles vaya a cerrar el ejercicio con pérdidas. Sea como fuere, Toledo apunta que el mercado recuperará sus niveles de 2019 en el año 2022 en el caso de las mercancías, aunque el tráfico de pasajeros seguirá lastrado por la crisis un año más, hasta 2023, cuando prevé que recupere sus niveles anteriores a la covid-19. Los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año contemplan una inversión de Puertos del Estado de 1.001 millones de euros, casi el doble de lo previsto en 2020.
El conjunto de puertos de titularidad estatal, hasta octubre, movió un total de 420,3 millones de toneladas de mercancías, un 9,8% menos que en el mismo periodo del año anterior, registrando descensos en todas sus partidas. Pero en pasajeros se ha producido una gran debacle. A lo largo de los últimos diez meses se registraron 10,6 millones de usuarios de líneas regulares de buques, un 55,3% menos que en el mismo período del año anterior, una tasa de variación acumulada similar a la registrada en los últimos cinco meses, señal de que estos tráficos aún no han comenzado a recuperarse.
